EL CAIRO (Egipto).- El Sí se impuso en el reférendum para la reforma de la Constitución egipcia con un respaldo del 88.8% de los 27 millones de egipcios que participaron en el plebiscito, alrededor del 44.3% del censo de votantes convocados, avalando la ampliación del mandato del presidente, Abedelfatah al Sisi.
Como prácticamente todo el mundo daba por descontado, la consulta avaló los cambios que abren la posibilidad de que Al Sisi siga en el cargo hasta el 2030, un resultado que el propio gobernante celebró en su primera declaración tras el voto.
En su página oficial de Facebook, Al Sisi saludó a los egipcios que «han deslumbrado al mundo con su conciencia patriótica de cara a los retos a los que se enfrenta Egipto» en estos momentos.
«La escena maravillosa que crearon los egipcios con su inteligencia habitual cuando participaron en la votación sobre las enmiendas constitucionales, ejerciendo su derecho político y constitucional, se registrará con letras de orgullo en los anales de la historia de nuestra nación», aseguró el mandatario.
El presidente de la Autoridad Nacional Electoral, Lashin Ibrahim, anunció públicamente que 27’193,593 millones de votantes, un 44,33 % de los más de 61 millones de personas llamadas a las urnas tanto en Egipto como en el extranjero participaron en la consulta.
En una comparecencia en la que presentó de forma ceremoniosa los resultados del refrendo, Ibrahim detalló que de todos los votos válidos (26’362,421), 23’416,741 fueron a favor de las enmiendas y 2’945,680 en contra, esto es, un 11.17% de los egipcios se opuso a la reforma constitucional.
Asimismo, hubo 831,172 de papeletas inválidas, 3.06% de todas las depositadas en los más de 10,000 colegios electorales en todo el país a lo largo de tres días.
Ibrahim aseguró que «a partir de este momento se aplica la Constitución» con las enmiendas que, además de ampliar el actual mandato presidencial de Al Sisi de 4 a 6 años, le da la posibilidad al exmariscal de optar a un tercer mandato de 6 años.
Destacó que a partir de ahora el Parlamento tendrá dos Cámaras, porque las enmiendas restablecen el Senado, abolido en el 2014, y las mujeres tendrán una cuota del 25% de los escaños, además de una representación especial de los jóvenes, los cristianos y los discapacitados en el Consejo de los Diputados.
Sin embargo, no hizo referencia al artículo transitorio diseñado expresamente para Al Sisi, que como jefe de Estado adquirirá nuevas prerrogativas, en primer lugar sobre el poder judicial, pudiendo elegir al presidente del Tribunal Constitucional y al fiscal general.
«Durante los días de este referéndum, brotó nuestra humanidad», aseguró Ibrahim, destacando el papel de las mujeres en las «primeras filas» de los centros de votación y «la conciencia y la responsabilidad hacia su patria» de los jóvenes.
El presidente de la Autoridad Electoral aseguró que los egipcios no se dejaron influenciar por los «rumores» difundidos durante el referéndum, aunque no citó de forma específica a las denuncias de compra de votos a cambio de dinero, comida y otros obsequios.
Agregó que el pueblo tampoco ha hecho caso a los llamamientos al boicot y otros que «ponen en duda» el referéndum, en referencia a la oposición egipcia y activistas que en las redes sociales habían pedido el voto por el «No» para rechazar las enmiendas constitucionales, por considerar que cimentan un régimen autoritario de Al Sisi.
Los más críticos también han destacado el papel que adquieren las Fuerzas Armadas, encargadas de «salvaguardar la Constitución y la democracia, preservar los fundamentos básicos del Estado y su naturaleza civil, las ganancias del pueblo y los derechos y libertades de los individuos».
También se amplían las posibilidades de que los civiles sean juzgados por tribunales civiles, por delitos contra «instalaciones que están siendo protegidas» por el Ejército, un término vago ya que los militares tienen numerosas actividades económicas y comerciales en Egipto.
La reforma constitucional es vista por figuras y grupos opositores como la derrota definitiva del espíritu de la revolución egipcia de 2011, tras la cual se limitó la permanencia en el poder del jefe de Estado, un límite que se mantuvo en la Carta Magna aprobada en el 2014 después de que Al Sisi llegara al poder en un golpe de Estado contra los islamistas en julio del 2013.
EFE/Francesca Cicardi
Ø