LONDRES.- El cacao, la planta a partir de la cual se hace el chocolate, comenzó a cultivarse unos 1.500 años antes de lo que se creía en Sudamérica, frente a las teorías que hasta ahora situaban este hecho hace 3.900 años en Centroamérica.
Así lo desvela un estudio publicado hoy en la revista científica Nature Ecology & Evolution dirigido por Michael Blake, científico de la University of British Columbia, en Vancouver (Canadá).
La investigación ha arrojado nuevos hallazgos genéticos que muestran que la mayor diversidad de Theobroma cacao, el nombre científico de la planta del cacao, y sus especies relacionadas están en la América del Sur ecuatorial.
La evidencia arqueológica del uso de este cultivo había consolidado la idea de que el cacao se «domesticó», en su término científico, en América Central.
Sin embargo, este nuevo estudio cuestiona esta tesis y sitúa sus orígenes en la parte sur del continente.
Allí desempeña un papel muy destacado para las comunidades indígenas contemporáneas, lo que, según el autor del estudio, sugería que esta podía ser la zona de origen del cultivo y centró allí sus indagaciones.
El Theobroma cacao fue de gran importancia cultural en la Mesoamérica precolombina ya que sus granos se utilizaban como moneda y para hacer las bebidas de chocolate consumidas durante fiestas y rituales.
Blake y su equipo estudiaron objetos de cerámica de Santa Ana-La Florida, el sitio arqueológico más antiguo de Ecuador donde residió la cultura amazónica Mayo Chinchipe Marañón hace al menos 5.450 años.
Ese pueblo se extendió por la cuenca del río Chinchipe hasta su confluencia con el Marañón y, según los investigadores, usaba el cacao hace entre 5.300 y 2.100 años, un nuevo dato que obligaría a fijar el inicio del cultivo alrededor de 1.500 años antes de lo considerado hasta ahora.
La hipótesis se ha constatado con el hallazgo de granos de almidón específicos de cacao en el interior de tiestos, residuos de teobromina (un alcaloide amargo que se encuentra en la planta del cacao pero no en sus parientes silvestres) y fragmentos de ADN antiguo con secuencias exclusivas de cacao.
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