CIUDAD DEL VATICANO.- El cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo (Perú) y uno de los tres presidentes delegados del Sínodo sobre la Amazonía, atacado por el gobierno brasileño y los conservadores, defiende que la Iglesia «debe cuidar uno de los pulmones del mundo» y «no va a defraudar» a los pueblos indígenas.
El también vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) explica en una entrevista con Efe que el pasado miércoles comunicó al Papa «el saludo y el respaldo de muchas personas» ante las «críticas despiadadas que vienen del demonio y del espíritu del mal que quiere destruir».
El Sínodo, la asamblea de los obispos, que se celebrará desde este lunes 7 de octubre hasta el 27 , abordará todas las problemáticas de la región lo que ha hecho que lleguen las críticas del gobierno de Jair Bolsonaro por la posible injerencia de la Iglesia, pero también de los eclesiásticos más conservadores que tachan incluso de «herejías» algunos de los temas que se tratarán.
«Él (Francisco) no va a claudicar y va a sentir que este cariño y fervor de la Iglesia y de la humanidad, también de los no creyentes, le esta agradeciendo todo el bien que está haciendo», explica.
Ante las controversias por la celebración del Sínodo, el obispo de Huancayo reivindica que «la Iglesia solo tiene el objetivo de estar al lado de las poblaciones indígenas«.
«Claramente, nosotros no vamos a defraudar a aquellos que necesitan nuestro apoyo. A los que llaman al Papa nuestro hermano Francisco», asevera.
«Los pueblos amazónicos son entusiastas (con el Sínodo). No porque crean que la Iglesia va a resolver sus problemas. No es esta su misión, pero sí decir a alguien que han sido descartados, invisibles… ustedes son personas que merecen nuestro respeto. No podemos defraudarlos y Dios no les va a defraudar».
Barreto explica que en el Sínodo se van a escuchar los dos gritos: el de los indígenas y el del clamor de la Tierra, pues recuerda que como el mismo Francisco dijo en su viaje a Perú «nunca antes en la Historia los pueblos amazónicos y la amazonía en si misma habían estado tan amenazados por diferentes frentes».
Para el cardenal, la principal amenaza es el «neoextractivismo«, pues «el entorno natural y el territorio que los indígenas han cuidado ancestralmente durante miles de siglos y han enriquecido ahora se ve amenazado por la intromisión de inversiones extranjeras que amenazan sus vidas y sus territorios».
El obispo peruano defiende con pasión «a las 390 comunidades indígenas del Amazonas, con sus 240 lenguas y con una diversidad cultura impresionante» y que se sienten «ignorados por los diferentes Estados».
«Ellos no se sienten propietarios, pero si los guardianes del Amazonas y por diferentes causas se sienten avasallados, obligados a salir de ese territorio donde desde niños han vividos», apunta.
Sobre sus expectativas en este Sínodo. Barreto puntualiza que «no es un parlamento y no se van a tomar decisiones», pero que se harán «propuestas viables para la evangelización como misión de la Iglesia, pero también a nivel en la ecología integral y que después el papa dará sus orientaciones.
Ante las criticas del gobierno brasileño a la celebración de este Sínodo y las declaraciones de Bolsonaro de que es una falacia decir que la Amazonía es patrimonio de la humanidad, Barreto argumenta que el Sínodo no tiene ningún objetivo político sino solo el de «la vida y a la Casa común que debemos cuidar y debemos proteger».
«Los científicos indican que la Amazonía como tal absorbe dióxido de carbono y purifica el aire creando una especie de equilibrio climático. No podemos decir que es patrimonio de la humanidad porque se sentirían aludidos algunos presidentes, pero sí que es un recurso natural de toda la humanidad», aclara.
«Y en este sentido debemos cuidar de uno de los pulmones del mundo. Y esto lo dicen los científicos, no la iglesia católica», añade y pide: «respeten nuestra vocación de cuidado de la vida y la Creación».
Al respecto de otro de los puntos que más han enfurecido a los católicos ultraconservadores, protagonistas de una cruzada continua contra Francisco, la posible ordenación de hombres casados para celebrar algunos sacramentos en las áreas más aisladas, Barreto remarca que, por el momento, «es solo una sugerencia» y además «para un caso muy específico».
Pero el cardenal, que él mismo ha realizado horas de viaje en la selva para llegar a dar misa en las comunidades aisladas, hace hincapié en la importancia de que se pueda celebrar la Eucaristía e impartir los sacramentos.
EFE/Foto: eldiario.es