Unidos por una amistad cimentada en la música, el cantaor español Diego «El Cigala» y la cubana Omara Portuondo fusionarán sus voces a ritmo de flamenco, rumba, son y bolero con la magia del directo, en una gira conjunta este verano por los escenarios de Europa.
Aunque se conocen desde hace años, gracias al fallecido Bebo Valdés, es la primera vez que se embarcan juntos en una gira, una idea que surgió tras coincidir el año pasado en el escenario del Hollywood Bowl de Los Ángeles, parte del periplo estadounidense del Buena Vista Social Club -agrupación de la que Omara es fundadora-, donde El Cigala actuó como invitado.
«Yo llegaba de una situación muy dura, como todo el mundo sabe. Pero para mí, fue una de las recompensas que te da el mundo de la música como estar con Omara en un escenario», explicó El Cigala en una conversación de los dos artistas con Efe en La Habana, durante uno de los ensayos previos a esa gira.
El cantaor se refiere a la pérdida de su esposa, fallecida el pasado agosto en República Dominicana, víctima de un cáncer, noticia que El Cigala recibió justo antes de ofrecer un concierto en Los Ángeles; un duelo que la música le ha ayudado a calmar.
Como parte de esa catarsis musical, el cantaor y la cubana unirán sus voces en la gira «85 Tour», con la que celebrarán los 85 años que la diva del Buenavista Social Club cumplirá en octubre, de los que ha pasado 70 dedicada en cuerpo y alma a la música.
Sin planes de bajarse de los escenarios, Omara Portuondo destacó la «química muy especial» que fluye entre ambos desde que se conocieron, una sintonía que esperan transformar en una alquimia musical que lleve al éxito esta primera gira juntos, que arrancará en Bruselas el 3 de julio y continuará en Madrid el día 8.
«Es la realidad de la música, que con tan solo siete noticas se pueden hacer muchas cosas», indicó Portuondo, que el mes pasado cerró en La Habana el «Adios Tour», la gira de despedida del Buenavista Social Club, con la que ha recorrido el mundo durante más de un año.
La gira pasará por Bélgica, España, Alemania, Polonia, Hungría, Reino Unido, Francia, Portugal e Italia, un periplo en el que interpretarán clásicos de la música cubana como «Dos Gardenias» o «Silencio», así como temas de su propio repertorio.
«Yo aspiro a que esto salga muy lindo. Somos dos personas que nos tenemos estimación, admiración y respeto. Pero vamos a esperar a que el público diga sí», apuntó la cubana sobre esta gira con El Cigala.
El cantaor flamenco evoca con cariño sus primeras visitas a Cuba y los nuevos derroteros musicales que tomó su carrera al conocer al pianista cubano Bebo Valdés, una relación que alcanzó su máxima expresión en el exitoso álbum «Lágrimas Negras» (2003), una compilación de clásicos cubanos con el duende gitano de El Cigala.
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«Conocerle a él y a su música, me dio lugar a abrirme como cantaor que soy, que venía de una guitarra flamenca, a conquistar el piano de Bebo Valdés», recuerda El Cigala, que vive en República Dominicana desde hace años para estar en contacto con la música latina que fusiona con su quejido flamenco.
Una revelación fue para él descubrir las raíces comunes del flamenco y la música afrocubana, «dos mundos paralelos, que avanzan con mucha firmeza, pero que tienen el mismo tiempo y el mismo sentir».
«Es música del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. Y siempre llega», precisa El Cigala.
Asiente Omara, que a su llegada a la entrevista advirtió que ella se sentaba en la silla de la izquierda porque es comunista, para después bromear sobre el estilismo de su amigo El Cigala, que combinaba una gorra como la del Che Guevara con un montón de alhajas de oro.
EFE/Sara Gómez Armas