NACIONES UNIDAS.- El consejero de Acción Exterior de la Generalitat de Cataluña, el independentista Ernest Maragall, ve un nerviosismo creciente en el gobierno español tras su decisión de pedir a Bélgica que actúe en defensa del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena.
«Da la sensación de que en las decisiones y acciones del gobierno español aparece una cierta dosis de nerviosismo creciente», señaló hoy Maragall a los medios minutos antes de participar en el Foro de Gobiernos Locales y Regionales de Naciones Unidas, donde desgranó el trabajo que está haciendo la Generalitat de Cataluña para cumplir con la Agenda 2030.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó anteriormente en Bruselas que el gobierno ha pedido al Ejecutivo belga actuar en defensa del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, ante la demanda del expresidente catalán Carles Puigdemont y los exconsejeros de la Generalitat huidos a Bélgica.
«Hemos ya transmitido al gobierno belga a través de nuestra embajada algo de lo más razonable, que es solicitarle que actúe en defensa de la inmunidad de la jurisdicción de España y del juez del Tribunal Supremo demandado ante el tribunal que conoce esta demanda», declaró en una rueda de prensa durante la reunión de titulares de Exteriores de la Unión Europea (UE).
Por su parte, Maragall consideró que «Europa va ganando 5-0» a la justicia española y pese a ello el Estado se niega a «asumir esta evidencia» y prefiere seguir en el terreno del «error».
El conseller, que representará a Cataluña en la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, reconoció que le «parece bien que se pueda abrir un clima de diálogo» pero cree que es «imprescindible» que se «afronte de cara y con ambición» la cuestión de los políticos presos.
«La Agenda 2030 es demasiado importante para dejarla en manos de los Estados», advirtió además el conseller, que apuntó que «sin una implicación de las ciudades y las regiones no saldremos adelante».
En su intervención en el foro de Naciones Unidas, Maragall reivindicó el compromiso de Cataluña con la Agenda 2030 de la ONU, aunque cree que «no trata como debería» los procesos migratorios, la cuestión demográfica o los problemas de «calidad democrática, derechos de representación y libertad de expresión».
El conseller detalló que el despliegue de la Agenda 2030 en Cataluña lo inició su predecesor, el exconseller Raül Romeva, «que no ha podido asistir hoy, cosa que lamento profundamente», en referencia a su encarcelamiento preventivo por el proceso soberanista en Cataluña.
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