LONDRES.- El portavoz laborista para el «brexit», Keir Starmer, afirmó hoy que el partido está «preparado para hacerse cargo de las negociaciones» y ofrecer un enfoque sobre la marcha de los 27 que respete el resultado del referendo de 2016.
En un discurso pronunciado esta mañana dentro del congreso anual que celebra la formación en la ciudad de Brighton -al sur de Inglaterra-, Starmer acusó al gobernante partido conservador de albergar «ilusiones posimperialistas» e incurrir en sus políticas en un «desprecio dogmático de los intereses nacionales».
Indicó que los tories están ahora «demasiado divididos para negociar el brexit» y lamentó que «el lugar del Reino Unido en el mundo está en juego», al igual que «los empleos, las hipotecas y el futuro de los ciudadanos».
De lo que denominó como una «tragedia tory» responsabilizó al ex primer ministro conservador, David Cameron, «por jugar de forma descuidada con el país», al titular de Exteriores, Boris Johnson, y a la actual jefa del Ejecutivo, Theresa May, a quien culpó de llevar al país «hacia un ‘brexit’ extremo, centrada en su propia supervivencia».
Starmer lamentó la visión «desastrosa» que ofrece el partido gobernante hacia la desconexión con Bruselas y opinó que «no hay nada patriótico en descarrilar la economía» nacional, por lo que instó a «optar por un enfoque distinto».
En cambio, dijo que el laborismo aboga por «un enfoque democrático, legítimo y sensato» sobre el «brexit», que «respeta el resultado del referendo y antepone los empleos y la economía».
El laborismo favorece «un acuerdo transitorio, dentro del cual continuaremos dentro de la unión aduanera y el mercado único de la UE«.
En este sentido, acusó a May de haberse apropiado de la visión laborista al abogar en un discurso pronunciado el pasado viernes en Florencia por un periodo de transición tras el «brexit».
En la práctica, no obstante, el partido no ha aclarado completamente por qué tipo de relación futura con el mercado europeo se decantaría en el largo plazo.
El pasado domingo, la conferencia votó a favor de dejar las mociones sobre la futura relación con la UE -en concreto sobre el mercado único- fuera de los temas a debate sometidos a votación, una medida que ha provocado indignación entre los afiliados más pro europeos.
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