CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco recomendó hoy a los religiosos consagrados apartar la vista de la pantalla del teléfono móvil y otros objetos de «la vida frenética» actual y dirigirla a Dios y al prójimo, en un acto por la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
«La vida frenética de hoy lleva a cerrar muchas puertas al encuentro, a menudo por el miedo al otro -las puertas de los centros comerciales y las conexiones de red permanecen siempre abiertas- Que no sea así en la vida consagrada», subrayó el pontífice.
En el acto, que reunió en la basílica de San Pedro a cientos de miembros de Institutos de vida consagrada, Francisco recordó que «el hermano y la hermana que Dios me da son parte de mi historia, son dones que hay que custodiar», explicó.
«No vaya a suceder que miremos más la pantalla del teléfono que los ojos del hermano, o que nos fijemos más en nuestros programas que en el Señor», advirtió.
En este sentido el Papa dijo que «es bueno recordar» que en la vida consagrada «no se puede renovar el encuentro con el Señor sin el otro».
«Nunca dejar atrás, nunca hacer descartes generacionales (…) Porque si los jóvenes están llamados a abrir nuevas puertas, los ancianos tienen las llaves. Y la juventud de un instituto está en ir a las raíces, escuchando a los ancianos».
Y agregó: «No hay futuro sin este encuentro entre ancianos y jóvenes; no hay crecimiento sin raíces y no hay florecimiento sin brotes nuevos. Nunca profecía sin memoria, nunca memoria sin profecía».
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