ROMA (Italia).- El Papa Francisco ha creado 21 nuevos cardenales este sábado en la Basílica de San Pedro San Pedro, a quienes ha pedido que «no se dejen deslumbrar por el encanto del prestigio» o «la seducción del poder». Durante la ceremonia, que ha presidido con un gran hematoma en el mentón, les ha pedido que sean «constructores de comunión y unidad» frente a «la carcoma de la competencia».
Con este consistorio, el décimo de su pontificado, el Colegio Cardenalicio estará formado a partir de ahora por 141 electores en caso de cónclave y ha pasado de tener 88 países representados a 93.
En la ceremonia del consistorio, que ha celebrado en la Basílica de San Pedro, uno a uno, los nuevos purpurados han ido desfilando ante el pontífice argentino para recibir su birreta y después un abrazo.
Durante su homilía, el Papa ha pedido a los nuevos cardenales caminar «juntos» con «humildad, con asombro y con alegría». Francisco se ha preguntado ante ellos: «Estén atentos a seguir el camino de Jesús. ¿Qué significa esto? Seguir el camino de Jesús significa ante todo volver a Él y ponerlo de nuevo en el centro de todo».
El Papa les ha recordado a su vez que, al igual que les pasó a los discípulos de Jesús, puede que «nuestro corazón se pierda, dejándose deslumbrar por el encanto del prestigio, por la seducción del poder o por un entusiasmo demasiado humano por nuestro Señor».
Así, ha instado a los nuevos cardenales adentrarse en un particular examen de conciencia. «¿Hacia dónde va mi corazón? ¿En qué dirección se mueve? ¿Quizás voy por el camino equivocado?», se ha preguntado. «Volver al corazón para retomar el camino de Jesús, esto es lo que necesitamos», les ha indicado a continuación.
Para el Papa, «en la vida espiritual como en la pastoral, a veces corremos el riesgo de concentrarnos en lo superfluo, olvidando lo esencial». Por ello, se ha mostrado especialmente preocupado por el hecho de que «las cosas secundarias» puedan solapar a lo verdaderamente importante. «Nos sumergimos en actividades que consideramos urgentes, sin llegar al corazón», ha considerado.
En este sentido, ha defendido la idea de que «Jesús es el punto de apoyo fundamental, el centro de gravedad de nuestro servicio, el ‘punto cardinal’ que orienta toda nuestra vida».
Por ello, ha asegurado que «seguir el camino de Jesús significa también cultivar la pasión por el encuentro», especialmente con los más vulnerables. En este punto, el Pontífice se ha detenido en aquellos marcados «por el sufrimiento», que «han perdido la esperanza», están enfermos o se han caído.
También ha insistido en que lo que debe animar su servicio como cardenales es el «riesgo del camino, la alegría del encuentro con los demás, el cuidado de los más frágiles». «El Señor los llama a ser testigos de fraternidad», ha asegurado.
Este consistorio también resulta singular en tanto que el obispo indonesio de Bogor, Paskalis Bruno Syukur, renunció a la designación el 22 de octubre. Francisco quiso incluir en su lugar al arzobispo de Nápoles, Domenico Battaglia, que completa la lista de nuevos cardenales.
Perfil de los nuevos purpurados
Los nuevos purpurados son muy jóvenes ‒la edad media es de 58,9 años‒ y trabajan, en muchos casos, en contextos geopolíticos y religiosos complicados. Así ocurre con el arzobispo de Teherán-Isfahán (Irán), el franciscano belga Dominique Joseph Mathieu o del de Belgrado (Serbia), Ladislav Nemet.
Hay cardenales que llevan a cabo su ministerio en una nación que no es la suya de nacimiento, como el arzobispo de Argel (Argelia), el francés Jean-Paul Vesco, o el ucraniano Mykola Bychok, pastor de la comunidad grecocatólica ucraniana en Australia que, con 44 años, se convierte en el cardenal más joven.
No hay españoles, pero España sigue siendo el segundo con más electores, diez, empatado con Estados Unidos. Los supera solo Italia, con 19.
Geográficamente, 117 de los electores son de Europa; 35, de Asia; 32, de Sudamérica; 29, de África; 28, de Norteamérica; ocho de Centroamérica y cuatro Oceanía.
Además, siete de los nuevos purpurados son europeos: con Nemet, el nuncio italiano Angelo Acerbi, que a sus 99 años es el único sin derecho a voto; el arzobispo de Turín, (Italia) Roberto Repole; el nuevo vicario de la diócesis de Roma, Baldassare Reina; el arzobispo de Nápoles, Domenico Battaglia; el lituano Rolandas Makrickas, arcipreste de la basílica de Santa María la Mayor; el teólogo dominico londinense Timothy Radcliffe y Fabio Baggio, que supervisa las iniciativas del Vaticano de ayuda a migrantes.
De América Latina han sido seleccionados cinco arzobispos: Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre, que preside el episcopado brasileño y el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM); Carlos Gustavo Castillo, de Lima (Perú); Luis Gerardo Cabrera, de Guayaquil (Ecuador); Fernando Chomalí, de Santiago de Chile, y el primado argentino, Vicente Bokalic Iglic, arzobispo de Santiago del Estero.
De Norteamérica hará cardenal solo al arzobispo de Toronto (Canadá), Francis Leo; y hay tres nuevos cardenales de Asia: el arzobispo de Tokio (Japón), Tarcisio Isao Kikuchi; el obispo de Kalookan (Filipinas), Pablo Virgilio Siongco David, y el indio George Jacob Koovakad, que trabaja en la Curia romana como organizador de los viajes papales. Además de Vesco, de Argel, de África creará cardenal al arzobispo de Abiyán (Costa de Marfil), Ignace Bessi.
Diez de los 21 futuros cardenales son miembros de órdenes religiosas. Con este décimo consistorio, el Papa ha superado los nueve convocados por san Juan Pablo II, aunque el polaco creó en total 231 purpurados, 68 más que su sucesor.
Fuente Europa Press / foto X