ROMA.- El Papa Francisco afirmó hoy que en los cementerios la tristeza de la muerte «se mezcla con la esperanza» de la resurrección, durante la misa por el Día de Todos los Santos, celebrado por primera vez en el camposanto romano de Prima Porta.
«La conmemoración de los difuntos tiene este doble sentido: un sentido de tristeza. Un cementerio es triste, nos recuerda a nuestros seres queridos que han fallecido y nos recuerda también el futuro, la muerte», dijo el Papa, sin seguir un discurso escrito.
El pontífice, ante cientos de personas que le escuchaban bajo un cielo nublado, señaló: «en esta tristeza portamos flores como gesto de esperanza«.
«Y la tristeza se entremezcla con la esperanza. Y eso es lo que todos sentimos hoy, en esta celebración: la memoria de nuestros seres queridos, ante sus restos, y la esperanza» de la resurrección, añadió.
El Papa agregó: «esa esperanza nos ayuda porque también nosotros deberemos recorrer este camino antes o después, con más o menos dolor».
Francisco exhortó a los congregados a regresar a casa con esa «doble memoria», del pasado y el futuro, pero también «con la certeza y la seguridad emanada de los labios de Jesús», que prometió la resurrección.
Tras celebrar la misa en el cementerio, el Papa puso rumbo al Vaticano, donde rezó en la Gruta de la Basílica de San Pedro en honor a los pontífices ahí sepultados y en recuerdo de todos los difuntos.
Francisco fue hoy al cementerio de Prima Porta poco antes de las 16.00 locales (15.00 GMT) y a su llegada, tras recorrer un sendero entre tumbas, depositó un ramo de flores ante un osario.
El pontífice argentino conmemoró este Día de los Difuntos por primera vez en ese cementerio, ya que los últimos tres años había seguido la tradición de celebrar la misa en el monumental camposanto de Verano, el más antiguo de la capital.
El cementerio de Prima Porta, conocido también como Flaminio, fue consagrado en 1941 y, con sus 140 hectáreas de extensión, es el más grande de Italia, con sectores para distintas confesiones, como la católica, evangélica, hebrea o islámica.
Se encuentra ubicado en la periferia norte de la ciudad y en él están sepultados los restos de múltiples personalidades de la historia del país, como el político comunista Enrico Berlinguer.