ROMA (Italia).- El Papa Francisco pidió hoy que todos los cristianos del mundo se muestren unidos para demostrar con su testimonio que «la paz es posible», durante un encuentro que mantuvo con unas 30,000 personas en el Circo Máximo de Roma.
«La paz es posible pero no es tan fácil demostrarlo a este mundo. En nombre de Jesús podemos mostrar con nuestro testimonio que la paz es posible, pero es posible si estamos en paz entre nosotros», dijo Jorge Bergoglio durante el acto de oración con el movimiento Renovación Carismática Católica, que celebra en Roma su «Jubileo de Oro» por su quincuagésimo aniversario.
«Hoy es más urgente que nunca la unión de los cristianos. Caminar juntos, trabajar juntos, amarse», añadió.
Francisco comenzó su discurso afirmando que los reunidos eligieron encontrarse «a cielo abierto», en el Circo Máximo, porque no tienen miedo y también «con el corazón abierto a la promesa del Padre».
Reconoció que en la Humanidad existe la diversidad pero llamó a practicar una «diversidad reconciliada», a dialogar entre las personas, a escucharse y a comprender que las diferencias no tienen por qué dividir.
Finalmente, lanzó un mensaje a este movimiento que describió como «corriente de gracia»: «Cuando se cumplen 50 años, la mitad de la vida, en mi tierra decimos el ‘cincuentazo’, las arrugas comienzan a ser más profundas, a no ser que te maquilles, las canas aumentan y empezamos a olvidar algunas cosas».
Pero también es «un momento adecuado para reflexionar», para «dejar atrás el polvo que hemos acumulado» y «seguir adelante».
El Papa Francisco llega a llevar una vigilia con los fieles con motivo del Jubileo de Oro de la Renovación Carismática Católica (CCR) en el Circo Máximo en Roma, Italia, el 3 de junio de 2017. EFE / EPA / MASSIMO PERCOSSI |
El evento comenzó con un discurso del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, quien también defendió la unidad y a la convivencia fraternal entre cristianos en todas partes del mundo.
La RCC es un movimiento de la Iglesia Católica que nació en un retiro de un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad de Duquesne, en Pensilvania (Estados Unidos), a principios de 1967, y se extendió con rapidez por ese país y por Latinoamérica, hasta tal punto que actualmente cuenta con 120 millones de católicos.