NUEVA YORK (EEUU).- El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) bajó este miércoles un 1.2% y cerró en 55.68 dólares el barril, un descenso atribuido por los analistas a una acumulación mayor de lo previsto de los inventarios de combustible en Estados Unidos, además de la preocupación por Irán y la economía global.
Al final de las operaciones a viva voz en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de futuros de WTI para entrega en septiembre restaron 45 centavos con respecto al cierre de ayer.
Después de que ayer los inversores miraran con cierto optimismo los avances en la distensión que se ha producido entre Estados Unidos y China, inmersos en una guerra comercial, hoy las preocupaciones se centraban en la acumulación de stocks de gasolina, cuyo consumo parece haber toca techo este verano.
Los precios se recortaron así después de que los datos de la Administración de Información Energética mostrasen una acumulación mayor de la esperada en los inventarios de combustible de la semana pasada en EEUU.
Las existencias de gasolina aumentaron en 312,000 barriles, mientras que los suministros de destilados crecieron en 2.6 millones de barriles.
Las reservas de crudo disminuyeron 2.7 millones de barriles, una reducción mayor que los 1.9 millones de barriles que los analistas habían pronosticado.
En paralelo, el presidente iraní, Hasan Rohaní, advirtió hoy miércoles de que «las aguas internacionales no tendrán la misma seguridad que antes» si Estados Unidos impide por completo la exportación de petróleo iraní, en medio de un aumento de la tensión en el golfo Pérsico.
El comentario coincidió con un comentario del ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, de que Irán podría actuar de manera «impredecible» en respuesta a las políticas estadounidenses bajo el presidente Donald Trump.
Cerca de la costa de Irán, en la zona del golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz, se han registrado desde mayo pasado una serie de ataques a petroleros y buques cisterna, de los que EEUU ha responsabilizado al Gobierno de Teherán.
La incertidumbre sobre el panorama económico global en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China limitó también las ganancias en los mercados petroleros.
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