COLOMBO.- El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, disolvió hoy el Parlamento y convocó a nuevas elecciones en enero, agitando aún más la crisis que se desató en el país tras romper la alianza de gobierno y destituir al primer ministro en funciones, Ranil Wickremesingh.
Con esta decisión Sirisena frenó definitivamente la discusión que la Cámara preveía celebrar el próximo 14 de noviembre sobre el nombramiento del expresidente Mahinda Rajapaksa como reemplazo de Wickremesingh, una votación para la que su gobierno reconoció que no tenía apoyos suficientes.
La disolución del Parlamento se hace efectiva «a partir de la medianoche de hoy», señala la gaceta oficial del gobierno del presidente Sirisena publicada la medianoche del viernes en la isla (18.00 horas GMT).
Asimismo, informa que el 5 enero de 2019 será la elección de los miembros del nuevo Parlamento al que convocó a reunirse el 17 de enero de 2019, y para la que los aspirantes podrán comenzar a presentar sus candidaturas entre el 19 y el 26 de este mes.
El actual Parlamento fue suspendido el pasado 27 de octubre, un decisión que tomó Sirisena un día después de romper la alianza del gobierno de coalición y destituir al primer ministro y a todo el gabinete, lo que sumió al país en una crisis institucional sin salida.
El presidente del Parlamento, Karu Jayasuriya, pidió entonces al presidente revertir la suspensión para permitir a los miembros de la Asamblea decidir sobre el nuevo nombramiento, una petición a la que días después el mandatario accedió convocando para el 14 de noviembre.
Sin embargo, hoy más temprano, el portavoz del gobierno y titular de Información, Keheliya Rambukwella, reconoció que no habían logrado reunir la mayoría de los 225 miembros para ganar la votación.
«Hasta el momento tenemos el apoyo de entre 104 y 105», dijo en una conferencia de prensa en la que había dicho que se mantenían confiado en el apoyo de los partido minoritarios e independientes, para superar el centenar de partidarios del destituido.
La disolución de la Parlamento ha provocado el esperado rechazo del Partido Nacional Unido (UNP) de Wickremesinghe, que había asegurado reiteradas veces que contaba con el apoyo para deslegitimar su destitución.
«Este es otro acto antidemocrático e inconstitucional», dijo a Efe el portavoz del UNP, Harin Fernando, poco después de que la decisión de Sirisena se hiciese pública.
El portavoz de la UNP aseguró que todos los partidos se reunirán para discutir las medidas que tomarán para afrontar la decisión que asfixió la mayor oportunidad que tenían de restituir en el poder a Wickremesinghe.
«El presidente no entiende las repercusiones y el impacto que sus acciones pueden tener en el país», añadió.
Por su parte, el secretario de propaganda del partido izquierdista Janatha Vimukthi Peramuna (JVP), Vijitha Herath, calificó la disolución del Parlamento como una violación a la carta magna que ha llevado al país a una crisis aún mayor.
«Es la segunda vez que el Presidente viola la Constitución, y la razón de esto es que no tiene la mayoría requerida de 113. Al hacer esto, ha llevado al país a un abismo», dijo a Efe Herath.
Los partidos aun confían, dijo el portavoz, en que la Comisión Electoral rechace la disolución y la nueva convocatoria, y busque la opinión de la Corte Suprema.
«Esperaremos y veremos qué medidas toma la Comisión Electoral «, añadió.
Sirisena y Wickremesinghe formaron alianza en las elecciones de 2015 para derrotar a Rajapaksa, entonces presidente.
La relación entre Sirisena y Wickremesinghe fue empeorando durante los últimos tres años hasta el punto de que Rajapaksa llamó al presidente a romper el Gobierno a principios de octubre.
EFE/Foto: scmp.com