DUBLÍN/Irlanda.- El primer ministro irlandés, el democristiano Leo Varadkar, confirmó hoy que asistirá el sábado a un evento del festival Belfast Gay Pride, en su primera visita a Irlanda del Norte desde que tomó las riendas del Ejecutivo de Dublín el pasado junio.
Varadkar, el primer jefe de Gobierno de este país que se ha declarado abiertamente homosexual, ha expresado públicamente su apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo en la vecina provincia británica, donde, a diferencia del resto del Reino Unido, no está legalizado.
La República de Irlanda se convirtió en el primer país del mundo que votó a favor de la legalización de este tipo de uniones en un referéndum convocado en el 2015 por el anterior primer ministro y correligionario de Varadkar en el partido democristiano Fine Gael, Enda Kenny.
El nuevo líder conservador, de 38 años, explicó hoy que no podrá participar en el colorido y festivo desfile del Belfast Pride por las calles de la capital norirlandesa, pero indicó que sí lo hará en un «acto de desayuno Pride» el sábado por la mañana.
Con este gesto, dijo, «quiero expresar mi apoyo a la igualdad ante la ley de los católicos, protestantes, gente no religiosa, hombres, mujeres, gais y heterosexuales».
El «taoiseach» (primer ministro irlandés) recalcó que no cederá terreno ante nadie respecto a esta cuestión de derechos humanos, una advertencia dirigida al ultraconservador Partido Democrático Unionista (DUP), principal representante de la comunidad protestante norirlandesa y socio del gobierno británico en Londres.
El DUP se opone a la legalización del matrimonio homosexual, un asunto, entre otros, que le mantiene enfrentado al nacionalista Sinn Fein -mayoritario entre los católicos- e impide que ambos acuerden la restauración del Ejecutivo autónomo de Belfast, suspendido desde el pasado enero.
Tras asumir el poder en junio, Varadkar se reunió con la líder del DUP, Arlene Foster, y, aunque lamentó que sus puntos de vista sobre el matrimonio homosexual son diferentes, aseguró que su legalización en Irlanda del Norte «es cuestión de tiempo».
Como principal partido y gracias al complejo reparto de poder del sistema norirlandés, el DUP ha usado un mecanismo de veto para tumbar en la Asamblea de Belfast cada propuesta encaminada a legalizar este tipo de uniones, a pesar de que estas han contado con el apoyo de la mayoría de la cámara.
Tras perder su posición de privilegio con veto en las elecciones autonómicas del pasado marzo, la formación unionista podría ahora mantener su rechazo recabando apoyos de otros parlamentarios conservadores en próximas votaciones.
No obstante, el Ejecutivo británico podría suspender indefinidamente la autonomía, si DUP y Sinn Fein no logran un acuerdo de gobernabilidad después del verano, motivo por el que este asunto podría decidirse directamente desde Londres.
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