RIO DE JANEIRO.- Tras votar este domingo el candidato presidencial del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, adelantó posibles alianzas para una eventual segunda vuelta electoral si ninguno de los candidatos supera el 50% de los escrutinios.
Ante un electorado dividido, Haddard cumplió con su deber cívico en medio de gritos a favor de Lula da Silva, a quien reemplazó en los comicios tras la inhabilitación por la condena judicial, y cacerolazos en su contra.
«En primer lugar, queremos un día de tranquilidad, de paz, de respeto a la diversidad y a la diferencia. En segundo, tenemos mucha confianza de que habrá una segunda vuelta y eso es muy bueno para Brasil», afirmó el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) antes de emitir su voto.
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Haddad llegó a un colegio electoral en la zona sur de Sao Paulo poco antes de las 10.00 hora local (13.00 GMT) acompañado de su mujer, Ana Estela Haddad, con quien posó ante las cámaras con el símbolo de la victoria.
«En la segunda vuelta vamos a necesitar más fuerza para derrotar a aquellos que no defienden la democracia y a los trabajadores de Brasil», declaró.
El ex ministro de Educación escuchó cacerolazos de algunos vecinos cuando se dirigía a votar y aseguró que ese tipo de «manifestaciones» son normales. «Desde que sea pacífico, no hay ningún problema», sostuvo.
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Además, recordó que ha trabajado con Ciro Gomes y Marina Silva, dos candidatos de los que pretende conseguir su respaldo. «Vamos a buscar ampliar nuestra alianza», señaló.
Sobre el candidato de la derecha, Jair Bolsonaro, comentó que “es un político tradicional. Tiene 28 años de banca y poco servicio prestado al país».
Antes de votar, el político desayunó con militantes en la sede del sindicato de metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo, y donde Lula pasó sus últimas horas antes de ser encarcelado hace exactos seis meses.
El ex alcalde de San Pablo fue durante meses el «Plan B» del Partido de los Trabajadores y tan solo fue oficializado como candidato el pasado 11 de septiembre, después de que la Justicia electoral inhabilitara políticamente a Lula con base en una condena en segunda instancia por corrupción pasiva y lavado de dinero. (ECHA- Agencias)