Considerada en un momento como la «gran dama» de la izquierda estadounidense y conocida por su política de mano dura con Wall Street, hoy pasa por su mejor momento gracias a un repunte en las encuestas y al complejo escenario que viven sus rivales.
– Si se le acerca una persona y le dice: «soy anticuado y mi religión me enseña que el matrimonio es entre un hombre y mujer», ¿qué le diría?
– Voy a asumir que eso lo dice un hombre. Yo le diría: pues cásese con una mujer, yo estoy bien con eso. Suponiendo que puedas encontrar alguna.
El diálogo corresponde a la pregunta que le realizó uno de los asistentes del foro de CNN en Los Ángeles a la precandidata presidencial demócrata Elizabeth Warren, el viernes pasado. La interacción se hizo viral en redes sociales por la respuesta de la aspirante, que refleja aquel carisma que la ha convertido en la nueva favorita para representar al partido en la carrera por la Casa Blanca de 2020.
Aunque Warren comenzó rezagada en la campaña encabezada por el ex vicepresidente Joe Biden y el senador de Vermont, Bernie Sanders, hoy vive su mejor momento, combinando un repunte en las encuestas, atención mediática y contrincantes en problemas.
Un despegue que quedó en evidencia este martes durante el último debate demócrata, en la que los contendientes se volcaron a atacar a la senadora del estado de Massachusetts.
Ascenso Según el promedio de encuestas realizado por Real Clear Politics, el 16 de mayo Biden arrasaba en los sondeos con un 39%, dejando a Sanders en segundo lugar con un 17% y a Warren, mucho más atrás, con un 8%.
Sin embargo, este 16 de octubre, el ex vicepresidente de Barack Obama aparecía con 10 puntos menos, adjudicándose un 29%, y el senador por Vermont con un 16%. Warren, por el contrario, alcanzaba un 23% y quedaba segunda.
Algunos estudios, como el último de Quinniapiac, la sitúan incluso liderando la tabla. «Tiene una energía que no veo en Sanders ni en Biden», aseguró a El País Meghan McLeehan (39), profesora de español en Washington. Con 70 años y ubicada en el ala progresista de la colectividad, Warren estaría arrebatándole los votantes más jóvenes al veterano Sanders, quien hasta hace poco era la estrella de los electores de entre 20 y 39 años. Mucho tiene que ver en ello que el senador de 78 años sufriera, hace algunas semanas, un infarto al miocardio que lo obligó a ser internado y a disminuir a media marcha su campaña.
También estaría influyendo en los resultados la situación en la que se encuentra inmerso el ex vicepresidente de 76 años, cuyo hijo ha sido blanco de ataques republicanos por sus negocios en Ucrania. Queriéndolo o no, Biden se ha transformado en eje de la controversia que tiene al Presidente de EE.UU., Donald Trump, al borde de un juicio político.
Pero además, el carisma, historia y propuestas de la senadora en contra de las grandes corporaciones también estarían contribuyendo a su auge. Proveniente de una familia humilde de Oklahoma, tenía solo 12 años cuando murió su padre y debió ayudar a sustentar su hogar trabajando como mesera. Se casó por primera vez a los 19 y varios años después, con una hija a cuestas, ingresó a la universidad a estudiar derecho. Tras graduarse y ejercer como abogada, terminó como profesora especializada en derecho económico.
Durante más de tres décadas dictó cátedra en Rutgers, Austin, Michigan y en Harvard. Arribó a la política al formar parte del panel que supervisó el rescate de la banca durante la crisis económica de 2008 y que creó un nuevo marco regulatorio.
Sin embargo, se consagraría en la arena nacional en 2011, cuando el entonces Presidente Obama le encargó crear la Agencia de Protección Financiera del Consumidor, un organismo para defender los intereses de los ciudadanos frente a los bancos. Precisamente, la lucha contra los abusos de las grandes empresas y entidades bancarias, así como las críticas a Wall Street, se convertirían en su principal pilar.
LA GRAN DAMA DE LA IZQUIERDA
En 2013, motivada por el ala más progresista del Partido Demócrata, Warren fue electa senadora de Massachusetts. Con cada vez más seguidores, se transformó en referente de la colectividad y fue bautizada por los medios como «la gran dama» de la izquierda estadounidense.
Incluso llegó a ser perfilada como precandidata demócrata en 2016 por quienes no confiaban en Hillary Clinton, pero terminó desechando dicha opción y dejando la competencia en manos de la ex secretaria de Estado y Bernie Sanders.
Tras la llegada de Trump a la Casa Blanca, Warren no ocultó su desprecio por la nueva administración, catalogándola de ser la «más corrupta de la memoria viva». Tampoco aflojó su política de mano dura con Wall Street.
En febrero de este año lanzó oficialmente su campaña en busca de la candidatura demócrata de cara a 2020, y lo hizo reforzando su ya conocido mensaje: «Nuestra lucha es por un gran cambio estructural (…) Millones de familias estadounidenses también luchan por sobrevivir en un sistema que ha sido diseñado, creado por los ricos y bien relacionados», aseveró.
Pese a ello, algunos como el propio Sanders le cuestionan que se autodenomine como capitalista. «Creo en los mercados, soy una capitalista, me encanta lo que los mercados pueden hacer. En lo que no creo es en el robo, creo que los mercados deben funcionar para más gente», dijo en una ocasión.
Entre sus propuestas destaca la imposición de una tasa fija a las grandes fortunas para financiar programas sociales, como la salud pública universal en el país y la cobertura de la mayor parte de la deuda de los estudiantes. Pero además, la senadora ha hecho énfasis en su embestida en contra de las grandes empresas tecnológicas, proponiendo que el gobierno divida los monopolios para «promover mercados competitivos».
Esa es una de las principales preocupaciones del fundador y CEO de Facebook, Mark Zuckerberg. «Quiere partir las grandes compañías y si es elegida presidenta apuesto a que tendremos un gran conflicto legal, y apuesto a que lo ganaremos. ¿Sigue siendo un asco para nosotros? Sí. No quiero poner una demanda contra nuestro gobierno (…) Pero mira, en definitiva, si alguien amenaza algo que es tan existencial, bajas al ring y peleas», dijo Zuckerberg, según una grabación de julio filtrada por The Verge.
Fuente: Emol.com/Foto: truthout.org