La Navidad y el Año Nuevo constituyen fechas en las cuales la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, reafirma su fe y su esperanza para alcanzar, más temprano que tarde, un país de auténtica confraternidad, sin excluidos, sin marginados, sin discriminados y, en donde, el bien común sea patrimonio real y de disfrute de todos y todas.
La comunicación social está de nuestra parte. Ese valioso medio es el camino para participar en la búsqueda de ese mundo esperado, que luche contra la extrema pobreza, que tome distancia de la violencia física y verbal y que combata, con equilibrio y serenidad, a quienes por sus delitos creen que estos quedarán impunes.
En tiempos como los de ahora, la ANP sabe que no hay espacio para la pausa ni para la fatiga. Nuestro gremio ha asumido, por convicción y responsabilidad, hacer buen uso de la comunicación social, sabiendo que ésta de no cumplir con la alta misión que le corresponde, puede dar lugar a la confusión, a un mundo banal. Bien sabemos que en nuestra colectividad se habla la misma lengua, pero no el mismo lenguaje. No solo cuando se producen los desencuentros de creencias diferentes, sino también en el constante cambio de conducta y de opinión de quienes son partícipes del rumbo que debe tener la nación como sociedad plural. Anuncios como la desregulación de los derechos laborales y sociales, que pretenden hacer más pobres a los que ya son pobres, es una muestra de lo que podría venir en días venideros. La respuesta de los trabajadores se anuncia ya y la ANP, que es vanguardia ejemplar, estará de pie y nunca de rodillas, para unir fuerzas y voluntades.
En consecuencia, lo expresado nos lleva a reafirmarnos en los valores y principios que dieron origen fundacional a la gloriosa Asociación Nacional de Periodistas del Perú, la misma que como ayer, como hoy y como siempre, estuvo, está y estará al servicio de un pueblo que reclama el derecho a vivir en una democracia real, con participación efectiva en la construcción de un destino mejor. Participación que, como trabajadores/as de prensa, debemos promover como sinónimo de un proceso social, mediante el cual la colectividad ciudadana, en especial la mayoría excluida del bien común, acceda a la elaboración, ejecución, evaluación y fiscalización de las decisiones que le concierne para elevar su condición de ser viviente.
Por todo esto, la Navidad y el Año Nuevo nos invitan a fraternizar con el corazón abierto, procurando que nuestra labor periodística sea portadora de un mensaje propositivo, de participación respetuosa de los derechos humanos, que signifique no un fin sino un medio. Ese medio que procura la promoción de hombres y mujeres, jóvenes y mayores, protagonistas de su destino, que tengan presente que la historia no se hace contra el ser humano, que se trata de una épica para darle dignidad, esa que dimana de su condición de persona, dotada de razón y de libertad, de autorrealización y de autodeterminación.
En tal sentido, la ANP no olvida que es creyente ferviente de un mundo mejor, donde la comunicación periodística tiene un rol trascendente que debe coadyuvar a la concepción de una sociedad sin explotados ni explotadores, que facilite el tránsito de la población al usufructo de derechos tangibles en el orden político, orden económico y orden social.
¡Feliz Navidad y un Año mejor para todos y para todas!
Comité Ejecutivo Nacional
ANP, diciembre 2018