QUITO.- El III Encuentro Latinoamericano Progresista (ELAP-2016) en Ecuador cerró hoy tres días de debates centrados en el avance conservador y la delimitación de tareas para reforzar su estrategia de cambios en la región.
El encuentro de las izquierdas, que congregó a más de 200 delegados de 90 grupos políticos de esta tendencia de América Latina, África, Asia y Europa, concluyó con la lectura de una declaración final, en el que reconocieron los avances sociales, políticos y económicos alcanzados, según dijeron, por los gobiernos progresistas en distintos países de la región.
El texto comienza con una frase del prócer de la independencia colonial Simón Bolívar: «El velo se ha rasgado, ya hemos visto la luz, se nos quiere volver a las tinieblas».
Con esa frase, la declaración final intenta condensar la visión de las izquierdas sobre los reveses sufridos por la tendencia en países como Argentina y Brasil, y la situación de gobiernos como Venezuela.
El texto remarca el principio esgrimido por el progresismo en torno a «la primacía del ser humano y sus derechos sobre el capital» y deplora la supuesta actitud «injerencista y desestabilizadora» de la derecha regional que, temen, «intenta restaurar el poder neoliberal«.
Asimismo, la declaración del ELAP celebra «con regocijo la paz en la hermana República de Colombia» y augura un «rotundo triunfo del Sí en el plebiscito» de este domingo en esa nación, cuyos ciudadanos están convocados a las urnas para refrendar o rechazar los acuerdos entre el gobierno y las FARC.
Llamó a una «vigilia continental solidaria y fraterna» para observar que se cumplan (los) acuerdos en Colombia e instó al rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) a sumarse a la paz en el país suramericano.
Los representantes de la ELAP, en su manifiesto, declaran la «lucha y resistencia incesante e irreductible» frente a lo que denominan «el nuevo Plan Cóndor», un símil sobre la estrategia aplicada en las dictaduras de los años setenta en la región, para nombrar al avance de la derecha en la actualidad.
La declaración llama a una «democratización efectiva de los medios de comunicación» y rechaza la «arremetida de los monopolios mediáticos privados» contra las democracias progresistas.
«Deploramos el golpe parlamentario organizado contra» la expresidenta brasileña Dilma Roussef, la persecución política-judicial contra Lula da Silva y el «montaje judicial» contra la exmandataria argentina Cristina Fernández, señala la declaración.
Asimismo, llama a los grupos de la tendencia a efectuar «todas las acciones para derrotar la arremetida neoliberal«, expresa su solidaridad «contra la desestabilización democrática en Venezuela» y denuncia un supuesto plan para crear un «cerco financiero» contra ese país.
Aunque la ELAP saludó el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, demandó al gobierno de Washington el levantamiento del bloqueo económico a la Isla.
La ELAP rechazó la supuesta injerencia de EEUU en Nicaragua, sobre todo contra el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional y exigió «la devolución de Guantánamo (a Cuba) y las Malvinas (a Argentina) a sus verdaderos propietarios».
También señaló su exigencia sobre la «devolución de Puerto Rico (Estado asociado de EEUU) a su pueblo» y denunció una supuesta «militarización del Atlántico Sur».
Apoyó el «avance de las fuerzas progresistas en Perú», alentó un triunfo electoral en febrero próximo del oficialismo izquierdista en Ecuador y llamó a integrar una «red de gobiernos progresistas» en el continente.
Asimismo, convocó a esos gobiernos a adherirse al «Gran pacto ético» impulsado por el gobierno ecuatoriano para prohibir los paraísos fiscales.
«Somos los pueblos del sol del mediodía, la esperanza de la humanidad», concluye la declaración final suscrita hoy en la capital ecuatoriana.
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