MADRID.- Con el primer debate de investidura a la vuelta de la esquina, las negociaciones para formar gobierno en España siguen sin avanzar, con los partidos fijos en sus posiciones a pesar de la amenaza de una nueva convocatoria electoral en otoño si el socialista Pedro Sánchez no consigue los apoyos suficientes.
El primer debate está fijado para el día 22 de este mes, mientras que la fecha límite para una segunda sesión de investidura sería el 21 de septiembre, y si Sánchez tampoco pudiera ser investido debería convocar elecciones, como máximo, el 10 de noviembre.
Desde la celebración de los comicios generales el pasado 28 de abril, el jefe del Ejecutivo en funciones mantiene un tira y afloja con el líder de la formación de izquierdas Unidas Podemos (UP), Pablo Iglesias, a priori su principal socio para formar gobierno.
En esas elecciones los socialistas lograron 123 de los 350 diputados del Congreso español, así que Sánchez necesita el apoyo de otras fuerzas parlamentarias -como UP- para poder renovar como presidente de Gobierno, puesto que ocupa desde el 1 de junio de 2018, cuando ganó una moción de censura al conservador Mariano Rajoy.
Para dar su apoyo a la investidura, Iglesias exige formar parte del futuro Ejecutivo socialista, algo a lo que Sánchez se ha negado una y otra vez, aunque en las últimas horas abrió la posibilidad de que puedan entrar en el gobierno personas independientes cercanas a UP.
La portavoz del gobierno en funciones, Isabel Celaá insistió este viernes en rueda de prensa en que la idea es formar un gobierno progresista que no dependa de las formaciones independentistas, en referencia a ERC (independentistas radicales de izquierdas) y EH Bildu (nacionalistas radicales vascos).
Celaá subrayó que, aunque existen muchos «puntos de contacto» con Unidas Podemos en política social, «no tenemos el mismo modelo de país» y, por lo tanto, existen claras discrepancias en cuestiones como Cataluña, ya que este partido apoya la celebración de un referéndum de autodeterminación en esa región española.
Sin embargo, el objetivo del gobierno pasa por conseguir un acuerdo en este mes de julio porque, añadió la portavoz, «no queremos otras elecciones», a pesar de que los últimos sondeos sitúan a los socialistas muy cerca de la mayoría absoluta en el Parlamento.
Desde las elecciones de abril, Sánchez se ha entrevistado además con el líder de Ciudadanos (C’s, 57 diputados), Albert Rivera, y con el conservador Pablo Casado (PP, 65). Hasta el momento ambos han reiterado su intención de votar en contra de su investidura.
Con relación a esos partidos, Celaá dijo que el gobierno no ha perdido la esperanza de que cumplan con su parte de responsabilidad y, «con sentido de Estado, posibiliten la investidura».
Sánchez trasladará este mensaje a Casado en la reunión que ambos tienen previsto celebrar el próximo martes.
En el caso de Ciudadanos, Celaá dijo que el presidente de Gobierno en funciones «habría deseado y mucho» reunirse con Rivera, quien declinó la invitación de Sánchez.
Desde la formación liberal, su portavoz nacional, Inés Arrimadas, reiteró hoy la posición de su partido, «única alternativa» al actual gobierno, al que se niegan «a blanquear» tras sus pactos con los nacionalistas y los independentistas.
En ese sentido, Arrimadas vaticinó que Sánchez pactará con Unidas Podemos y con los independentistas para su investidura.
EFE/Foto: eldiario.es