MADRID (España) – Hace un año Madrid se preparaba para la llegada del temporal bautizado ‘Filomena’, que se esperaba que dejaría nieve en la capital, una previsión que con el paso de las horas se transformó en la «nevada del siglo», paralizando varios municipios de la región y abocando a la capital a pedir días después la primera declaración como zona catastrófica de su historia.
Por entonces la Agencia Española de Meteorología (Aemet) advertía de que podía llegar a depositar hasta 20 centímetros de nieve y ante ello, consistorios, el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Adif y la Comunidad desplegaban un operativo que no estaba dimensionado para la tormenta que se avecinaba y que imposibilitaría durante días la salida de vuelos, trenes y autobuses.
‘Filomena’ llegó y paralizó Madrid. Las carreteras se hacían prácticamente intransitables, colas de coches se quedaron estancados en grandes atascos provocados por la borrasca -que sus dueños tendrían que recoger días después-. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) suspendía sus servicios mientras centros deportivos, bibliotecas, museos y centros culturales cerraban sus puertas.
Pero el caos se quedó en la superficie. La región hizo uso de uno de sus principales valores, una extensa red de Metro que siguió bombeando, que no durmió en 211 horas, permitió los desplazamientos durante esas primera horas de colapso sobrevenido y que se transformó en albergue improvisado para las personas sinhogar durante toda la crisis.
800,000 árboles afectados
En la capital uno de los principales efectos de ‘Filomena’ fue sobre el arbolado. Miles de árboles habían caído tanto en el viario público como en los grandes parques como El Retiro o la Dehesa de la Villa, por ello, desde el Consistorio se pidió que se extremase la precaución al andar por la calle y los grandes espacios verdes mantuvieron cerradas sus puertas durante meses, a la espera del análisis de la situación de la masa arbórea.
Preparados ante una nueva ´Filomena’
La experiencia de ‘Filomena’ no solo enfrentó a la región a una situación sobrevenida y difícil de gestionar, sino que puso en el punto de mira la necesidad de mejorar los mecanismos de reacción ante catástrofes naturales. Por ello, entre otros, el Ejecutivo regional de cara a la llegada del invierno reforzó el pasado diciembre Plan de Inclemencias Invernales, que cuentan este año 2022 con un total de 5,424 efectivos, 356 más que el anterior, y 574 vehículos.
Entre sus novedades se encuentran herramientas para la colaboración público-privada para minimizar los riesgos y restablecer cuanto antes la normalidad en el caso de que se produzca algún fenómeno meteorológico adverso.
Fuente y fotos Europa Press