La actuación peruana ante Argentina deja un sabor agridulce, amargo y azucarado porque se pudo ganar, que era lo que se pretendía, pero el empate no pasa por ser malo tampoco.
Es decir que después de todo no se perdió. El once de Edgardo Bauza estuvo dos veces arriba en el score y se empató. No es normal que suceda en casa pero ante un rival de jerarquía universal hay que marcar distancias.
El mejor Perú fue el que se vio esta noche. Al menos en el proceso eliminatorio sin contar las dos participaciones en Copa América. Se jugó bien a ratos, se puso pierna fuerte y afloró la solidaridad.
Esta selección peruana refleja la apuesta de Ricardo Gareca. Los que estuvieron antes, Claudi Pizarro, Juan Manuel Vargas, Luis Advíncula y Jefferson Farfán, no hicieron caminar el equipo.
Es distinta esta oncena con frescura en la alineación. Es bueno porque hay que pensar en el futuro. Pero también para pelear los puntos que faltan para que termine el proceso.
Si no está Pizarro y se puede ver a Beto Da Silva, es bueno que suceda porque el Bombardero no es eterno y en algún momento debía llegar su reemplazo. Ricardo Gareca tomó la decisión y las cosas han mejorado.
Otro punto importante fue Miguel Trauco, alto valor de la zaga y Corzo, mejor que Advíncula. Es muy bueno saber que tenemos futuro. El equipo ya funciona como tal y lo que venga será siempre una incógnita.
No sabemos qué podría pasar en lo que resta de la eliminatoria. Estamos en una etapa de transición y queda claro que podemos mejorar, al menos, habrá que luchar hasta el último punto.
Queda claro que este equipo de Ricardo Gareca puede dar más. La gente lo cree así y el respaldo continúa. (Hugo Laredo)