SAN SEBASTIÁN/España.- La organización terrorista ETA reconoció hoy en un comunicado «el daño causado», admitió su «responsabilidad directa» en el «sufrimiento desmedido» que la sociedad vasca ha padecido, y afirmó que «lo siente de veras» por las víctimas, a las que expresó su «respeto».
La banda terrorista hizo público un comunicado a través de los diarios vascos Gara y Berria en el que expresó su pesar por el dolor provocado a todos los afectados por sus acciones y pidió perdón expresamente a las víctimas que no estaban relacionadas «directamente» con lo que ellos califican de «conflicto».
«Somos conscientes de que en este largo periodo de lucha armada hemos provocado mucho dolor, incluidos muchos daños que no tienen solución. Queremos mostrar respeto a los muertos, los heridos y las víctimas que han causado las acciones de ETA, en la medida que han resultado damnificados por el conflicto. Lo sentimos de veras», indicó la ETA.
La organización terrorista manifestó que «a consecuencia de errores o decisiones erróneas», ha provocado «también» víctimas «que no tenían una participación directa en el conflicto, tanto en Euskal Herria (País Vasco) como fuera de ella».
«Sabemos que, obligados por las necesidades de todo tipo de la lucha armada, nuestra actuación ha perjudicado a ciudadanos y ciudadanas sin responsabilidad alguna. También hemos provocado graves daños que no tienen vuelta atrás», añadieron.
«A estas personas y a sus familiares les pedimos perdón. Estas palabras no solucionarán lo sucedido, ni mitigarán tanto dolor. Lo decimos con respeto, sin querer provocar de nuevo aflicción alguna», agregaron en el comunicado.
ETA señaló que en estas décadas la sociedad vasca ha padecido un «sufrimiento desmedido», con «muertos, heridos, torturados, secuestrados o personas obligadas a huir al extranjero», y reconoce que ha tenido una «responsabilidad directa» y que «nada de todo ello debió producirse jamás o no debió prolongarse tanto en el tiempo».
La organización terrorista matizó que el «sufrimiento imperaba antes de que naciera ETA y continúa después de que ETA haya abandonado la lucha armada».
ETA dice «entender» que muchas personas consideren que su actuación ha sido «inaceptable e injusta», una opinión que «respeta» porque «a nadie se le puede forzar a decir lo que no piensa o siente».
«Ojalá nada de eso hubiese ocurrido, ojalá la libertad y la paz hubiesen echado raíces en Euskal Herria (País Vasco) hace mucho tiempo», reflexionó la banda.
«Nadie puede cambiar el pasado, pero una de las cosas más perjudiciales que se podría hacer ahora sería intentar desfigurarlo u ocultar determinados episodios. Reconozcamos todos la responsabilidad contraída y el daño causado», precisaron.
«Pese a no tener ni el mismo punto de vista ni los mismos sentimientos, todos deberíamos reconocer, con respeto, el sufrimiento padecido por los demás. Eso es lo que quiere expresar ETA», agregó la banda terrorista, que aboga por la «reconciliación» de la sociedad vasca para «cerrar heridas».
ETA añadió a este comunicado una «nota explicativa» en la que inscribe esta declaración en su debate interno para decidir su disolución, contexto en el que sus militantes «ha considerado necesario mostrar empatía respecto al sufrimiento originado».
«Somos plenamente conscientes de que la sociedad vasca ni necesita ni quiere ejercicios de cinismo o hipocresía. Por ello, ETA ha intentado realizar su declaración desde la honestidad y el pleno respeto», manifestó.
La organización terrorista aseguró que ha reivindicado siempre todos sus atentados, pero que «todavía hoy existen muchas acciones violentas producidas en Euskal Herria que nadie ha asumido, que nadie ha esclarecido» e incluso son negadas por sus verdaderos autores.
En este sentido, aseguró que sus militantes «realizarán su aportación», «en la medida de sus posibilidades y con responsabilidad», para que se conozca «la verdad».
ETA surgió entre los años 1958 y 1959, durante la dictadura de Francisco Franco, como organización socialista revolucionaria de liberación nacional, aunque con el tiempo se impuso el componente nacionalista e independentista y el uso sistemático de la violencia.
Desde entonces ha acabado con la vida de 856 personas y llevado a cabo 79 secuestros.
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