La legendaria banda estadounidense Aerosmith ha cerrado su gira ante 25,000 personas, según datos de la organización, en el estadio Heliodoro Rodríguez López de Santa Cruz de Tenerife (Canarias) en lo que parece ser el último concierto de la banda en suelo europeo, según han anunciado los chicos malos de Boston.
Cincuenta años dan para mucho en el panorama musical y Aerosmith los ha vivido intensamente: desde su consolidación como estrellas del rock en los 70’ con su álbum «Toys in the Attic» hasta su etapa más comercial, con éxitos como «I Don’t Wanna Miss A Thing», fruto de la colaboración con la industria de Hollywood, o Crazy, una de las grandes ausencias del repertorio en Tenerife.
Todavía se percibe una pequeña esencia de aquella primera etapa en la que Aerosmith coincidía en antros minúsculos del estilo del Max’s Kansas City de Nueva York con jóvenes promesas como Patti Smith, Lou Reed o David Bowie, a pesar de que llevan ya muchos años rendidos al rock de estadios y grandes multitudes.
Tyler es un superviviente y hoy lo ha demostrado después de casi dos horas seguidas de espectáculo y 19 canciones que han puesto de manifiesto que, aunque los dueños y señores indiscutibles del trono del rock and roll sean los Rolling Stones, los de Aerosmith podrían ser, dignamente, miembros de esa peculiar familia real.
Hay algo de magia en estas estrellas casi decrépitas que se transforman totalmente cuando pisan el escenario, sobre todo si se trata de una de las últimas veces: en Tenerife más que una despedida de sus seguidores, los cinco de Aerosmith parecían más empeñados en despedirse de sí mismos al ofrecer un concierto plagado de complicidad entre los integrantes del grupo.
Con la épica Carmina Burana y un vídeo que hacía un repaso cronológico a su carrera como introducción, el tema elegido para abrir el espectáculo fue «Let the Music Do the Talking», todo un himno y una declaración de intenciones, aunque poco sorprendente para aquellos que siguen a la banda por todo el mundo, ya que no suelen variar su repertorio de manera significativa de una cita a otra.
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Sin apenas mediar palabra con los asistentes más allá del «¡¿Qué pasa Tenerife?!» del principio, el ritmo del concierto fue en aumento al encadenar el primer tema con «Toys in the Attic», una aclamada «Love in a Elevator», que aprovechó para quitarse gafas de sol y chaquetas de lentejuelas, y «Livin’ on the Edge», que acabó de enloquecer a un público bastante receptivo.
Las versiones tuvieron un lugar destacado durante el desarrollo del espectáculo, desde dos temas seguidos («Stop Messin’ Around» y «Oh Well») de los londinenses Fleetwood Mac, uno de ellos interpretado por Joe Perry al que Tyler acompañaba tocando la armónica con un tono blusero.
«Estáis jodidamente locos», aseguró Tyler antes de pedir un sombrero a alguien del público y dar comienzo al tema que, de largo, más hizo gritar a los seguidores tinerfeños: «I Don’t Wanna Miss a thing».
Aerosmith también hizo suya el clásico «Come Together» de Los Beatles, que valió a los de Boston acabar de conquistar al público, que coreó con entusiasmo este himno escrito por John Lennon.
A estas alturas del concierto, cuando Tom Hamilton acariciaba su bajo para un comienzo brillante de «Sweet Emotions», Aerosmith no tenía ya nada que demostrar, pero continuó la velada rapeando y corriendo por el escenario durante «Eat the Rich», que enlazó con otro de sus grandes éxitos, «Crying» a la que introdujo con un desagradable eructo.
El momento álgido de la noche tuvo lugar al comienzo de los bises, cuando empezaron a sonar las primeras notas de «Dream On» con el propio Tyler al piano y su fiel escudero Joe Perry subido sobre la tapa acompañando la canción de una manera magistral.
Tras esta clásica balada, fue el turno para otra versión, «Mother Popcorn», de James Brown, a la que Aerosmith la convirtió en un tema mucho más electrizante e intenso que la original del padrino del soul.
Aerosmith decidió cerrar con «Walk This Way» y los protagonistas dedicaron unas últimas palabras de despedida: «qué tour tan bonito que termina aquí en Tenerife», dijo Tyler antes de fundirse con la banda en abrazos».
«Este es el final del tour y sois grandes», dijo Joe Perry, que presentó a su amigo de toda la vida».
Este último concierto en Santa Cruz de Tenerife deja atrás 41 años de conciertos en Europa después de que en 1976 diesen su primer espectáculo en Liverpool, Reino Unido.
Aerosmith culminará su carrera musical, esta vez de manera definitiva, con siete citas en América Latina en los que recorrerán Ecuador, Brasil, Chile y Argentina.
EFE/Cristina Magdaleno