El periodista y escritor colombiano Antonio Caballero, uno de los fundadores de la desaparecida revista Alternativa y fervoroso defensor de la tauromaquia, falleció este viernes en Bogotá a los 76 años de edad.
«Expreso mis condolencias a la familia y amigos del escritor y periodista Antonio Caballero por su fallecimiento. Pierde Colombia a un destacado hombre de letras», confirmó el presidente Iván Duque en Twitter.
Caballero, recordado por sus columnas en el diario El Espectador y en la revista Semana, donde también publicó sus caricaturas, era uno de los articulistas más leídos de Colombia y en la última etapa de su vida sus textos fueron publicados en el portal Los Danieles.
«Antonio Caballero marcó de manera indeleble y perpetua el periodismo. Cultura inmensa y honestidad intelectual a toda prueba», expresó Daniel Coronell, expresidente de la división de noticias de Univision y uno de los cofundadores de Los Danieles.
El expresidente Juan Manuel Santos, premio Nobel de Paz de 2016, también lamentó el deceso de Caballero, de quien dijo fue «implacable con el poder, como debe ser todo buen periodista, y excelente pluma».
«Mucha falta le hará a nuestra democracia su ácida e inteligente crítica», agregó el exmandatario sobre el periodista que también colaboró con la revista Cambio 16 y con el diario El País, de España.
UNA VIDA DEDICADA AL PERIODISMO Y LAS LETRAS
Su trayectoria en los medios comenzó como caricaturista del diario bogotano El Tiempo en la década de 1970 y luego se instaló en Londres, donde fue redactor de la BBC y de The Economist.
También fue columnista en El Espectador y en Semana, revista de la que hizo parte hasta 2020 cuando decidió renunciar, junto a otros columnistas, por desacuerdos con los giros editoriales de la publicación.
«Uno de los grandes del periodismo nos ha dejado. Antonio Caballero se llevó consigo una de las voces más críticas, más eruditas y más talentosas de las letras y periodismo. Qué falta nos va a hacer», expresó Alejandro Santos Rubino, exdirector de Semana.
Caballero publicó la novela «Sin remedio» (1984) y dedicó algunas de sus mejores obras a la fiesta brava con libros como «Los siete pilares de un torero» (2003) y «Torero de sillón» (2010).
«Este sí que era un maestro. Uno siempre estaba de acuerdo con él, así no lo estuviera, porque su dominio de su propia prosa -que parecía equilibrismo- era brillante, hastiado, sabio, lleno de humor. Habrá que acudir siempre a su cordura», dijo el escritor Ricardo Silva Romero. EFE