Tras una semana de penosa agonía en el hospital Loayza, falleció Rosa Marisol Álvarez Rivera, de 26 años, a quien el padre de su hija le arrojó gasolina y prendió fuego en su vivienda de un asentamiento humano de Zarumilla, en Tumbes.
La paciente ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Loayza el pasado 17 de setiembre de 2016 a las 20:30 horas, con quemaduras de segundo y tercer grado en el 90% del cuerpo.
Producto de la falla multiorgánica (pulmonar, circulatoria, hematológica y renal) y un severo cuadro de neumonía, producto de su condición de gran quemada, la paciente entró en paro cardiorespiratorio a las 2:35 p.m.
Después de 10 minutos de soporte avanzado de reanimación cardiopulmonar (RCP avanzado), la infortunada mujer falleció a las 2:45 p.m.
La doctora Judicza Cabrera Ocampo y la enfermera Elvira Sánchez afirmaron que la joven Álvarez Rivera les confió que fue quemada por su propia pareja, José Manuel Reyes Paiva, luego de una discusión.
Sin embargo, la víctima cambió su versión y defendió a su pareja cuando prestó su declaración ante el fiscal Melvin Ludeña.
Ricardo Álvarez, hermano de la víctima, expresó el dolor que está pasando su familia e informó que Rosa Álvarez deja una hija de dos años de edad.
«Estamos muy dolidos, muy tristes por la pérdida de mi hermana (…) A este asesino que mató a mi hermana que le caiga todo el peso de la ley, porque una persona así no puede estar libre; ahora fue mi hermana, si lo dejan en libertad con el tiempo van a ser otras personas. Tiene que hacerse justicia, que mueran en la cárcel», dijo. (ECHA- Agencias)