La agricultura mundial debe evolucionar hacia un modelo más sostenible y de más calado que el que tuvo hace décadas la Revolución Verde, que aumentó la productividad pero dejó sin resolver otros problemas, según la FAO.
La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó hoy martes un libro con la aportación de 78 científicos en el que aborda la forma de lograr una agricultura sostenible integrando distintos enfoques.
Uno de sus editores, Shivaji Pandey, explicó en un acto que se debe buscar un alcance mayor al de la Revolución Verde, que desde la década de 1960 significó el uso intensivo de los recursos naturales y de grandes insumos como pesticidas químicos, incrementando así los rendimientos agrícolas a costa de un alto impacto ambiental.
Sus principios sirvieron para “salvar mil millones de vidas” del hambre, al mejorar la productividad de unos pocos cultivos como el trigo o el trigo, principalmente en la India y Pakistán.
Según Pandey, ahora el objetivo es conseguir una agricultura y alimentación sostenibles a nivel global que incluyan todos los sectores -agricultura, ganadería, bosques, pesca y acuicultura- y que sirvan también para reducir la pobreza rural, garantizar la nutrición de toda la población, cuidar el medioambiente y hacer frente al cambio climático.
Para eso llamó a fomentar la comunicación y el flujo de información entre los productores, los científicos, los políticos y las instituciones, además de “facilitar la participación de un sector privado bien regulado”.
Empoderar a las mujeres, invertir recursos públicos y mejorar el acceso al crédito y los mercados para los agricultores fueron otras de las recetas mencionadas por el experto de la FAO.
Según la agencia, la producción agrícola debería crecer un 40 % para acabar con el hambre en el mundo para 2050, cuando habrá cerca de 10.000 millones de individuos, siempre que los sistemas productivos sean más sostenibles y la distribución de ingresos y alimentos más equitativa.
Actualmente se calcula que 815 millones de personas pasan hambre y el 40 % de la población adulta tiene sobrepeso en un mundo cada vez más afectado por la degradación de las tierras, la escasez de agua, la contaminación, la pérdida de biodiversidad y las emisiones de gases de efecto invernadero.
En contraposición, la publicación llama a desarrollar políticas que creen empleo y generen ingresos, maximicen la eficiencia en el uso de los recursos, reduzcan las pérdidas y desperdicios de alimentos, y protejan los recursos naturales.
EFE