LA HABANA.- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron hoy un alto el fuego unilateral de un mes a partir del 20 de julio para rebajar la intensidad del conflicto y dar oxígeno a los diálogos de paz, en respuesta a la petición de un «desescalamiento urgente» de la guerra realizada por los garantes del proceso.
«Recogiendo el espíritu del llamado de los garantes del proceso, Cuba y Noruega y de los acompañantes del mismo, Venezuela y Chile, anunciamos nuestra disposición de ordenar un cese al fuego unilateral a partir del 20 de julio, por un mes», señaló el Secretariado del Estado Mayor de las FARC en un comunicado divulgado por sus negociadores en La Habana.
Con esa decisión, la guerrilla busca «generar condiciones favorables para avanzar» con el gobierno colombiano en la «concreción del cese al fuego bilateral y definitivo», dijo el número dos de las FARC, Iván Márquez (alias de Luciano Marín Arango) que leyó la declaración flanqueado por toda la delegación de paz de la guerrilla.
«Vinimos a Cuba para alcanzar un acuerdo de paz, a poner fin a una guerra que sobrepasa el medio siglo. Nada puede complacernos más que acabar definitivamente con la confrontación, la violencia, la generación de nuevas víctimas y el sufrimiento del pueblo colombiano a consecuencia del conflicto», añadió.
Las FARC solicitaron, además, «los buenos oficios» del Frente Amplio por la Paz, las iglesias y el movimiento constituyente por la paz para que actúen como «veedores» de esta nueva tregua.
El gesto llega en un momento crítico en el proceso de paz por el recrudecimiento del conflicto en Colombia en las últimas semanas tras la suspensión del alto el fuego indefinido que la guerrilla decretó en diciembre de 2014.
La tensión ha afectado a una mesa de conversaciones donde el gobierno y la guerrilla siguen varados en el sensible asunto de la reparación a las víctimas, que empezaron a tratar en agosto del año pasado después de haber superado con consensos parciales los tres primeros puntos de la hoja de ruta del proceso: tierras, participación política y narcotráfico.
El propio jefe de los negociadores del gobierno, Humberto de la Calle, admitió en una entrevista divulgada el pasado fin de semana que los diálogos de paz con las FARC atraviesan el «peor momento» desde su inicio y advirtió de que el proceso «está llegando a su fin, por bien o por mal».
Un proceso que además pierde credibilidad entre los ciudadanos: según el sondeo «Pulso país» divulgado esta semana un 75 por ciento de los colombianos cree que el gobierno y la guerrilla no lograrán firmar un acuerdo de paz.
Ante esta situación, Cuba y Noruega como países garantes del proceso de paz intervinieron ayer martes con un llamamiento para urgir a las partes a rebajar la intensidad de la guerra y pedirles medidas «de construcción de confianza».
Pasos que los gobiernos garantes y acompañantes consideran «imprescindibles para garantizar las condiciones y el clima propicio» para avanzar y llegar a acuerdos.
En respuesta a ese requerimiento, las FARC cesarán por un mes sus ataques y hostilidades, en el que será el sexto alto el fuego que declaran desde que comenzó en proceso de paz.
A finales de 2012 y de 2013, la guerrilla ordenó sendas treguas unilaterales de dos y un mes respectivamente con motivo del inicio de los diálogos en La Habana en el primer caso y por las fiestas navideñas en el segundo.
Entre mayo y junio de 2014 y con motivo de las elecciones presidenciales en Colombia, en las que Juan Manuel Santos salió reelegido, las FARC suspendieron sus hostilidades durante ocho días en la primera vuelta y 21 días durante la segunda.
La tregua unilateral más importante de la guerrilla fue la que comenzó el 20 de diciembre de 2014 al ser la primera que las FARC anunciaron con carácter indefinido.
Tras esa decisión, el presidente de Colombia ordenó en marzo que se suspendieran los bombardeos contra los campamentos guerrilleros, pero no las acciones contra las FARC, si bien revocó la orden el 15 de abril tras un ataque de la guerrilla contra un pelotón de militares en el departamento suroccidental del Cauca.
La guerrilla suspendió su alto el fuego indefinido el pasado 22 de mayo, un día después de que 27 guerrilleros murieran en un bombardeo de las Fuerzas Armadas contra uno de sus campamentos. EFE