LA HABANA.- La guerrilla de las FARC expresó hoy su «plena disposición» a convenir «un cronograma y una hoja de ruta» que permita la firma del acuerdo de paz «a la mayor brevedad», en el reinicio en La Habana de las negociaciones con el Gobierno de Colombia tras la crisis por los sucesos en la aldea de Conejo.
«Actuar en consecuencia constituye una condición ineludible para aproximarnos a la firma del acuerdo final y dar inicio al proceso del fin del conflicto», afirmó ante la prensa el jefe negociador de la insurgencia, alias Iván Márquez, que regresó a La Habana el pasado jueves tras la polémica suscitada por su presencia en un acto público en esa aldea colombiana escoltado por guerrilleros armados.
Según el Gobierno, la presencia de Márquez y otros negociadores en ese acto de «proselitismo» con civiles violó los protocolos que permitían a negociadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) visitar sus filas para misiones de «pedagogía de paz», cuyas condiciones revisaron después de unos días de tensiones.
«Nuestro compromiso y decisión política es continuar avanzando con todo nuestro empeño hacia la firma de un acuerdo final, que dé inicio al complejo proceso del fin del conflicto y a la implementación de todo lo pactado», subrayó el «número dos» de la guerrilla, que no mencionó la fecha límite del 23 de marzo como plazo para firmar la paz que las partes acordaron en septiembre.
Al respecto señaló que la insurgencia tiene la «certeza» de que «en este 2016 los colombianos podremos contar con un protocolo de paz que nos permita propalar a los cuatro vientos: terminó la guerra».
La guerrilla recordó que quedan por delante retos, sobre los que ya se han logrado «desarrollos», como el alto el fuego, abandono de las armas, desmonte del paramilitarismo y el tránsito de las FARC a movimiento político legal.
El jefe guerrillero también reclamó que se defina bilateralmente el mecanismo de refrendación de los acuerdos de paz, ya que rechazan el plebiscito para la paz impulsado por el Gobierno y que ya ha sido aprobado por el Congreso de Colombia.
«La experiencia en la mesa ha demostrado que cuando se actúa sin tomar en cuenta a la contraparte, la negociación cae en terrenos cenagosos que impiden avances. (…) Tenemos el compromiso de encontrar ya, y de manera conjunta, salidas a los asuntos nodales que falta discutir», subrayó Márquez.