La Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC) está consternada por un nuevo crimen contra un periodista en México. El reportero Elidio Ramos Zárate, del periódico El Sur, fue asesinado el 19 de junio en el estado de Oaxaca cuando daba cobertura a las protestas de maestros contra la reforma educativa en dicho país.
Ramos Zárate, según denuncia el director del periódico El Sur, había recibido amenazas en la víspera en las que se le exigía no cubrir actos violentos durante las jornadas de movilización en Oaxaca.
El crimen contra Ramos Zárate es el tercero producido en Oaxaca en lo que va del año. El 21 de enero fue asesinado Marcos Hernández Bautista, corresponsal del diario Noticias, Voz e Imagen y el 22 de enero fue victimado Reinel Martínez Cerqueda, periodista y locutor de diversos programas de la radio comunitaria El Manantial.
Para la FEPALC y su afiliado, el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP), México es un país en el que la impunidad se ha institucionalizado. Por ello, demandamos una reacción ejemplar del Estado mexicano que debe asumir su responsabilidad en la inmediata investigación de lo ocurrido. México necesita llevar a algún responsable de la masacre contra periodistas ante la justicia. Ello puede paliar este desangramiento. Los asesinos de periodistas deben saber que sus acciones para silenciar a la prensa crítica no quedarán impunes.
La FEPALC junto al crimen de Ramos Zárate, condena los actos violentos vividos en los últimos días durante las movilizaciones en el estado de Oaxaca en protesta contra la reforma educativa. Reprobamos el uso desmedido de la fuerza para reprimir los actos de protesta propios de toda democracia y, al mismo tiempo, condenamos los excesos de un sector de desconocidos que con saqueos y disturbios pretenden deslegitimar un acto social. Por ello, invocamos a quienes se movilizan a identificar y entregar a la justicia a los violentistas y les hacemos un franco llamado a valorar la importancia de la tarea informativa en procesos de esta naturaleza y a respetar la integridad física de los reporteros, fotoperiodistas y demás trabajadores de los medios.