Miles de cusqueños participaron de la celebración religiosa en homenaje a la Virgen del Rosario, en la comunidad de Huallhua, distrito de San Salvador, provincia de Calca, una de las principales festividades del Valle Sagrado de los Incas.
La celebración central se desarrolló el 8 de octubre en Huallhua, localidad que está a unos 15 minutos de camino hacia San Salvador. Hasta allí llegan los peregrinos que son recibidos con un clima acogedor y las rústicas y coloridas viviendas que se mantienen inalterables por décadas.
A la actividad llegó por primera vez monseñor Richard Daniel Alarcón Urrutia, arzobispo de Cusco, quien ofició la misa en la que recordó la importancia de la Virgen María en la religión y la consagración de la familia.
Los visitantes que por primera vez llegaron a Huallhua, disfrutaron de la festividad donde prima la unión. Así lo demostraron sus mayordomos, que brindaron alimentación y diversión a todos los asistentes a la festividad.
Por la tarde, las cuadrillas de danzas entraron a la plaza principal, tapizada con un campo verde, en grupos de bailarines de Qhapaq Qolla, Qhapaq Chuncho, Qhapaq Negro, Chunchacha, Contradanza Majeño y otros, que encandilaron a los asistentes cómodamente instalados en el perímetro.
A la cita no faltó el gobernador regional del Cusco, Edwin Licona, quién se animó a danzar con los K’achampas y su cuadrilla. La autoridad declaró que la imagen de la Virgen era muy milagrosa y consideró un privilegio participar en su festividad.
La celebración terminó ayer con el ‘kacharpari‘ o fin de fiesta, que consistió en el despliegue de los danzantes hasta el templo del Señor de Huanca. Aquí se despidieron hasta un nuevo encuentro por la fiesta de la Virgen del Rosario, el próximo año.
ANDINA
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