Todos los años, con ocasión de celebrarse un aniversario más de la Independencia de nuestro país, se estimulan los celos patrióticos y la preocupación e interés por conocer más de los acontecimientos alrededor de este magno evento.
Uno de los temas más controversiales, y que propicia interesantes polémicas, es el referido a la bandera que usaron las fuerzas independentistas del Ejército Libertador y la bandera con la que se proclamó la Independencia.
Al respecto, ciertos detalles poco divulgados de un hecho que influyó decididamente en la guerra independentista, fue la defección del batallón español Numancia, y su incorporación al Ejército Libertador, comandado por el general José de San Martín.
1.- Es importante recordar, en primer lugar, que el general San Martín, al desembarcar el 8 de setiembre de 1820 en Pisco, lanza una Proclama “A los Habitantes del Perú” (1) en la cual afirma -entre otros importantes argumentos- que: “América no puede contemplar la Constitución de las Cortes (de Cádiz, 1812 ) sino como un medio fraudulento de mantener en ella el sistema colonial, que es imposible conservar más tiempo por la fuerza”, y concluye, categórico:
“Compatriotas: (…) El tiempo de la impostura y del engaño, de la opresión y de la fuerza está ya lejos de nosotros, y solo existe en la historia de las calamidades pasadas. Yo vengo a acabar de poner término a esa época de dolor y humillación: este es el voto del Ejército Libertador que tengo la gloria de mandar y que me ha acompañado siempre al campo de batalla, ansioso de sellar con su sangre la libertad del nuevo mundo. Fiad en mi palabra, y en la resolución de los bravos que me siguen, así como yo fío en los sentimientos y energía del pueblo Peruano. Cuartel general del Ejército Libertador en Pisco Setiembre 8 de 1820. Primer día de la Libertad del Perú San Martín”. (Al pie de la Proclama: “IMPRENTA del Ejército Libertador”).
2.- El 21 de octubre de 1820. San Martín, mediante decreto, fija los símbolos provisionales del país (bandera y escudo), señalando que:
“1. Se adoptará por bandera nacional del país una de seda, o lienzo, de ocho pies de largo, y seis de ancho, dividida por líneas diagonales en cuatro campos, blancos los dos de los extremos superior e inferior, y encarnados los laterales, con una corona de laurel ovalada, y dentro de ella un Sol, saliendo por detrás de sierras escarpadas que se elevan sobre un mar tranquilo”. (2)
“3. Lo dispuesto en el artículo 1 anterior solo tendrá fuerza y vigor, hasta que se establezca en el Perú un gobierno general por la voluntad libre de sus habitantes.”
Posteriormente, se difundieron dibujos de esta bandera, como se aprecia en el Anexo 1: Bandera dibujada en Huaura-20 de diciembre de 1820, que se adjunta.
3.- Una importante referencia al uso de esta bandera está relacionada con el texto de Abraham Valdelomar: “El sueño de San Martín. El ave bicolor. Leyenda de la bandera nacional”, publicado originalmente en el diario La Prensa (Lima), en agosto de 1917, y cuya popularidad, oficializada en los textos escolares, originó una historia que empieza y concluye con ese momento fundacional, cuando en aquel sueño de San Martín una visión de parihuanas que surcaban el cielo sobre el mar de Pisco le señala la inspiración que definió el rojo y el blanco como los colores de la bandera nacional, y que pareciera preceder inmediatamente al hecho culminante de la declaración de la independencia.
Sin embargo, la imagen de la inspiración, surgida en un instante, no puede hacernos olvidar los largos meses de campañas bélicas y de maniobras políticas que separan la llegada de San Martín al Perú, el 8 de setiembre de 1820, hasta su entrada a Lima, la cual fue, como apunta un testigo presencial:
“El 10 ( de julio de 1821) como a las siete y media de la noche entró el General San Martín con el mayor silencio a la capital, pasó a verse con el señor Gobernador Montemira, y como a las diez y media se dirigió al campo de Mirones a sitiar a los rebeldes que se acogieron en el Callao(…)”. (1)
4.- En ese lapso, entre el desembarco y la declaración de la independencia, había acometido el Ejército Libertador acciones navales bloqueando el Callao y otros puertos, mientras un ala del Ejército, comandada por el general Arenales, efectuaba una campaña terrestre por la sierra, en tanto que el grueso del ejército había tenido movimientos al sur de Lima, ocupando luego la zona de Ancón, y reuniéndose con las tropas a cargo de Arenales, se dirigen al norte de Lima, estableciéndose en Huaura el cuartel general del Ejército Libertador.
5.- Uno de los hechos de suma importancia para la lucha independentista fue, en diciembre de 1820, la defección del batallón Numancia. Al respecto, Ricardo Palma, en sus “Tradiciones Peruanas” (Serie Ropa Vieja), menciona que:
“D. Tomás Heres, prestigioso capitán del batallón Numancia, instado por dos de sus amigos, sacerdotes oratorianos, para afiliarse en la buena causa, se manifestaba irresoluto. Los encantos de doña Rosa (Campusano) acabaron de decidirlo, y el Numancia, fuerte de 900 plazas, pasó a incorporarse entre las tropas republicanas. La causa de España en el Perú quedó desde ese momento herida de muerte.”
Se debe señalar, de paso, que doña Rosa Campusano estaba muy comprometida con la causa de la independencia, siendo su casa –ubicada en la calle San Marcelo, en Lima– centro de reuniones (y obviamente, de conspiración) donde acudían oficiales del ejército español y simpatizantes de la causa libertadora, como Domingo Tristán, José de La Mar, Sánchez Carrión, Mariátegui. Se menciona, incluso, que muchos planes de los realistas pasaban de la casa de San Marcelo al cuartel del Ejército Libertador, en Huaura.
6.- Al llegar a este punto, y buscando fuentes que sustenten lo señalado por Palma, ubicamos el libro “VISION Y SIMBOLOS – Del virreinato criollo a la República peruana” (2), en el cual se anota:
“…incluso la bandera (la de la leyenda de las parihuanas) no parece haber sido consistentemente utilizada antes de 1821. Es bastante improbable que haya sido izada en Pisco, como algunos autores sostienen. Tampoco sirvió de seña a las tropas de la Expedición Libertadora, que emprendieron la marcha al Perú bajo protección chilena. San Martín había dejado en Santiago la bandera argentina del Ejército de los Andes al enterarse de la caída del gobierno de su país en 1820. Las únicas imágenes conocidas de las banderas que sus ejércitos llevaban al entrar al Perú aparecen en unas acuarelas del juramento del batallón Numancia en Huaura, tradicionalmente atribuidas a Bernardo O´Higgins. Allí aparece la tricolor chilena, con tres estrellas sobre el campo azul.
Tanto el Ejército Libertador como los soldados del Numancia eran tropas extranjeras, y San Martín, consciente de las susceptibilidades que esto podía generar, parece haber cuidado de que fueran los peruanos quienes primero izaran la bandera creada en Pisco”. (pág. 208).
7.- Confirmando este dato histórico, se reproducen en el mencionado libro dos acuarelas sobre papel, que se encuentran en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, de Lima, copia de las cuales se adjuntan:
– La primera reproducción (Anexo 2 – Puente Huaura) lleva la siguiente leyenda:
“El batallón de Numancia recibe la bandera del Ejército Libertador al momento de pasar el Puente de Huaura. Decembre (sic) de 1820”.
– La segunda reproducción (Anexo 3 – Ingenio Huaura) lleva la siguiente leyenda:
El Excmo. Señor General Dn. José de San Martín hace jurar la bandera del Exto. Libertador al batallón de Numancia (cerca al Ingenio de Huaura). Decembre (sic) 1820”.
En ambos casos figura, al lado inferior derecho, la siguiente anotación: “Dibujado por el Genl. O´Higgins”.
8.- De lo mencionado, se puede concluir que el Ejército Libertador utilizó la bandera que traía de Chile (mencionada en el párrafo anterior), desde su arribo a Pisco el 8 de setiembre de 1820, hasta el 27 de julio de 1821; al día siguiente, se enarboló la bandera mencionada por Valdelomar, la de “El sueño de San Martín” (Anexo 1), con la cual se proclamó la Independencia del Perú en cuatro plazas de Lima ( Plaza Mayor, Plaza de La Merced, Plaza de Santa Ana y Plaza de la Inquisición).
Bibliografía:
1.- “El 28 de julio de 1821” –Según relaciones de testigos presenciales; Jorge M. Corbacho; 24 págs. XVII Docs–. 13 rep fac.; Lima, 28 de julio de 1911.
2.- “VISION Y SIMBOLOS – Del virreinato a la República peruana”; Colección Arte y tesoros del Perú; varios autores; 367 págs. Banco de Crédito del Perú; Lima, noviembre del 2006.
Carlos G. MacLean C.