FIFA: escándalo alcanza a Televisa, ESPN y Telemundo

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Los dos gigantes del duopolio televisivo de México, Televisa y TvAzteca, son clientes de Traffic Sports, compañía en el centro de una trama para obtener los derechos de transmisión de los torneos regionales de la FIFA en el continente americano mediante un esquema de corrupción, indica un reporte del diario El Financiero.

Además de las dos grandes cadenas que controlan el mercado televisivo del fútbol mexicano, Traffic Sports, tiene los derechos en exclusiva de torneos donde participa la selección mexicana junto con los equipos de la Liga MX de primera división de México.

Entre los clientes de Traffic Sports se encuentran también las cadenas estadounidenses ESPN y Telemundo, y la filial deportiva del grupo de medios catarí Al Yazira, Bein Sport, según el reporte del principal diario financiero de México.

El dueño de Traffic Sports, Charles «Chuck» Blazer, ha conmocionado al mundo del fútbol internacional tras confesar que construyó un intrincado esquema de sobornos para hacerse con los derechos de transmisión de los torneos regionales de la FIFA en el continente, tales como la Copa Oro y la Copa América, incluida la próxima de 2016.

Los orígenes de la trama se remontan a 1991 cuando la Confederación de Fútbol del Norte, Centroamérica y el Caribe (Concacaf) comenzó a organizar la Copa de Oro para sus equipos y en ciertos años, para equipos de otras confederaciones.

La demanda interpuesta contra Charles «Chuck» Blazer, bautizado el «Co-Conspirador #1» en la Corte del Distrito Este de Nueva York, en EEUU, indica que «como secretario general de la Concacaf, Blazer era responsable de la negociación de los contratos, a nombre de la Concacaf, y firmó contratos con una compañía de medios basada en México».

Pero en 1992, la empresa Traffic Sports, que en la investigación es identificada como el «Co-Conspirador #1» pasó sus oficinas de Brasil a EEUU, donde comenzó a negociar con un ex dirigente de la Concacaf, el trinitario Jack Warner y un socio suyo, para adquirir los derechos de la Copa de Oro entre 1996 y 2003 a través de un esquema de sobornos.

Esos sobornos son similares a los que usó para adjudicarse en exclusiva la Copa América, el torneo donde participan las selecciones sudamericanas más importantes como los campeones del mundo Brasil y Argentina, y en donde también juega México desde los años 90.

Para lograr la adquisición y renovación de los derechos de la Copa de Oro, el llamado Co-Conspirador #2 y Co-Conspirador #3 que no es identificado, «hicieron pagos de sobornos para que los cobrara Warner y el Co-Conspirador #1«, es decir Charles «Chuck» Blazer, según el texto de la causa en contra del ex gerente de la Concacaf.

Blazer es uno de los infiltrados que apoyó a la investigación en EEUU para descubrir que la FIFA otorga los derechos para transmitir sus eventos deportivos a través de licitaciones opacas a empresas como Traffic Sports, intermediarios con las televisoras y radiodifusoras en el mundo, a los cuales venden los permisos de retransmisión.

Traffic Sports volvió a ganar los derechos exclusivos a nivel mundial de la Copa de Oro de 2015 a 2021, y las transmisiones de la llamada Copa de Campeones de Concacaf, entre clubes de la región de Norteamérica y Centroamérica donde participan equipos de la Liga Mexicana, hasta 2022.

 

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