FIFA fue fundada el 21 de mayo de 1904, y en sus 111 años, apenas ocho presidentes gobernaron los destinos del organismo que nuclea a 209 federaciones en el mundo.
El brasileño Joao Havelange estuvo 24 años en la presidencia y fue el antecesor de Joseph Blatter en el cargo. El apetecible reinado del fútbol otorga un poder que perturba el raciocinio y justifica los vapores de perfumadas permanencias sin fin.
El que llega al sillón de la FIFA se eterniza y eso le puede haber pasado a Manuel Burga que tercamente se quedó en la Videna y finalmente derrotado por Edwin Oviedo en elecciones de comienzo de año.
Walter De Gregorio: «Sepp Blatter is not dancing in his office… but he is calm» #FIFAarrests #FIFA #FIFAgate https://t.co/IvjgltMU7t
— Giannis Bairaktaris (@g_baira) Mayo 27, 2015
Manuel Burga convertido en un pequeño Blatter siempre se sintió protegido por su papá y cada vez que el gobierno de turno intentaba meter las narices en la FPF, FIFA amenazaba con la desafiliación con aquello de que las normas y el reglamento interno impedían que se metieran con sus protegidos.
Joseph Blatter quien puso una barrera inexpugnable para que en esa muralla chocaran los intentos de desestabilizar al gigante del fútbol que mueve millones de dólares, finalmente vio cómo su imperio se hacía añicos.
.No era muy cierto que la FIFA era una isla y que no había modo posible de encontrar indicios de su pestilente manejo.
Ya está. Ocho dirigentes de la alta cúpula presos en Zúrich y Blatter obligado a dimitir, es el anuncio de un final oprobioso.
De aquí en adelante, muchas cabezas podrían rodar. La podredumbre enquistada en sus altas cúpulas, sacará a flote muchas luces de una corrupción que no es de ahora.
Con Havelange ya se había detectado una mafia en FIFA cuyos alcances fueron tapados mañosamente para que no saliera a la luz las maniobras dolosas que finalmente acabó con el reinado del brasileño. La condición fue que saliera en forma honrosa con una salida digitada para no acabar en la cárcel.
La Fiscalía de Estados Unidos finalmente decidió enfrentarse a la poderosa FIFA y ganar una batalla de las muchas que habrá de librarse para que caigan más peces gordos, entre ellos Nicolás Léoz, expresidente de la Conmebol.
De hecho que la corrupción debe haber corrompido otras instancias y otros lugares que podría haber alcanzado al propio Manuel Burga que es investigado por presunto delito de lavado de activos.
Joseph Blatter en su hora más triste desde que llegó al sillón, dimitió con una frase: “Amo a la FIFA amo al fútbol”.
Él ama al fútbol pero hay otros que aman el dinero.