FMI: la lenta desinflación amenaza con tipos altos e «incluso más tiempo»

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WASHINGTON (EEUU),. La lentitud en los avances en el proceso de desinflación mundial contribuye a incrementar las perspectivas de tipos de interés más altos «durante incluso más tiempo», lo que a su vez aumenta los riesgos externos, fiscales y financieros, según ha advertido el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En el caso de las economías avanzadas, la institución espera que el ritmo de desinflación se desacelerará en el 2024 y 2025 ante la expectativa de que la inflación de los servicios sea más persistente y los precios de las materias primas más altos.

Sin embargo, el enfriamiento gradual de los mercados laborales, junto con la caída esperada de los precios de la energía, debería hacer que la inflación general vuelva al objetivo para finales del 2025.

En el caso de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, el FMI espera que la inflación se mantenga más alta y que caiga más lentamente que en las economías avanzadas.

En su análisis, el FMI señala que los riesgos de una inflación persistente en el sector de servicios están ligados tanto a la fijación de salarios como de precios, dado que la mano de obra representa una alta proporción de los costes en ese sector.

De este modo, un mayor crecimiento de los salarios nominales, que en algunos casos refleja la recuperación de los salarios reales, en el caso de ir acompañado de una productividad débil, podría dificultar que las empresas moderen los aumentos de precios, especialmente cuando los márgenes de beneficio ya están reducidos, provocando una mayor rigidez de la inflación de salarios y precios.

Asimismo, advierte de que la escalada de las tensiones comerciales podría aumentar aún más los riesgos a corto plazo para la inflación al aumentar el coste de los bienes importados a lo largo de la cadena de suministro.

Respuesta de los bancos centrales

En opinión de la institución dirigida por Kristalina Georgieva, en aquellos países donde se han materializado riesgos al alza para la inflación, los bancos centrales deberían abstenerse de aplicar medidas de flexibilización demasiado pronto y permanecer abiertos a mayores restricciones si fuera necesario.

De su lado, cuando los datos de inflación indicaran de manera alentadora un retorno duradero a la estabilidad de precios, la flexibilización de la política monetaria debería proceder gradualmente, lo que al mismo tiempo dejaría espacio para que se lleve a cabo la necesaria consolidación fiscal.

Por otro lado, apunta que una apreciación prolongada del dólar derivada de las disparidades de tipos podría perturbar los flujos de capital e impedir la flexibilización planificada de la política monetaria en determinadas economías, lo que podría afectar negativamente al crecimiento.

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Fuente Europa Press / foto X

 

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