BOGOTÁ (Colombia).- La titular de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), Rebeca Grynspan, (foto) reivindicó este jueves en Bogotá el valor del trabajo doméstico y de la economía del cuidado que ejercen las mujeres en sus hogares y planteó que estas actividades sean remuneradas.
«¿Por qué tenemos que considerar voluntario el trabajo de cuidado?» preguntó Grynspan al intervenir en el «Foro M: Acelerando el empoderamiento económico de las mujeres para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible» que se lleva a cabo en la capital colombiana.
En el encuentro participan líderes políticas y sociales de Colombia y el mundo convocadas por la vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez, con motivo del Día Internacional de la Mujer que se celebra el próximo domingo.
Junto a Grynspan y Ramírez, que moderó el debate, la expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla y la secretaria general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS), Gina Magnolia Riaño, dialogaron sobre la necesidad de dar más autonomía económica a las mujeres.
Desigualdad económica y de género
En la conversación se habló sobre las leyes que dificultan la igualdad económica de las mujeres frente a los hombres y sobre su aplicación efectiva en la sociedad.
También se abordó la necesidad de romper la brecha de género en el mercado laboral y la creciente importancia de sectores en su mayoría colmados por mujeres, como la llamada economía del cuidado, una actividad de alto contenido social que mueve al año miles de millones de dólares en el mundo.
En ese sentido, Grynspan dijo que muchas mujeres hacen ese trabajo de forma gratuita en sus casas, cuidando a personas mayores, o con las tareas cotidianas y planteó que quienes se dedican a ello deberían recibir la correspondiente paga.
«El primer problema es combatir la idea de que los cuidados son gratis porque los hacen las mujeres», afirmó la titular de la Segib, quien resaltó que «siempre hay un costo para la mujer en horas y en salud».
Grynspan comparó este trabajo con el de muchos que hacen predominantemente hombres y señaló: «Así como no consideramos voluntario construir un puente, ¿por qué tenemos que considerar como voluntario el trabajo que hacen las mujeres en el cuidado?».
Barreras en la seguridad social
En la misma dirección, Riaño afirmó que la desigualdad de género en la seguridad social se da en parte porque las mujeres salen «más del mercado laboral para tener hijos o cuidar (a sus familias), por eso cotizan menos y esas brechas no están siendo atajadas».
Según explicó la secretaria general de la OISS, el trabajo del cuidado no remunerado representa nada menos que el 9% del PIB mundial.
Por otra parte, la expresidenta Chinchilla aseguró que «la desigualdad más perversa es la de género» y alertó que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considera que «sí se ha avanzado mucho en igualdad de género pero el proceso parece que se está desacelerando».
«La pobreza se concentra mucho más en las mujeres, en esas mujeres campesinas, que están marginadas de las posibilidades de un verdadero ingreso en el mercado laboral», advirtió a su turno la vicepresidenta colombiana.
Acabar con la brecha de género en el empleo, sobre todo en países de ingresos medios bajos podría incrementar el PIB de estos países hasta en un 35% en promedio, según estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Otro estudio del Banco Mundial constató que en la pasada década un incremento de la participación laboral de la mujer en un 15% significó una reducción de la pobreza extrema en un 30% en Latinoamérica y el Caribe.
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