Francia: Fiesta nacional queda semieclipsada por final del Mundial 2018

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PARÍS (Francia).- La población francesa recordó hoy la Toma de la Bastilla, el día de la fiesta nacional, que resultó excepcionalmente eclipsado por la final del Mundial donde los «Bleues» se juegan el título contra Croacia este domingo, y con el recuerdo trágico de las víctimas del atentado de Niza, hace precisamente hace dos años.

Desde primera hora de la mañana, el anuncio del desfile militar, un impresionante despliegue con 4,290 militares, 220 vehículos, 250 caballos, 64 aviones y 30 helicópteros, se reducía a una esquina de los periódicos, que llevaban en portada a los chicos de Didier Deschamps, aupado este fin de semana a nivel de héroe nacional.

La espera del partido, que los franceses dan ya prácticamente por ganado, sirvió para hacer resurgir los valores patrióticos y los colores de la bandera que hoy con más motivos lucían los ciudadanos en las calles de París, también en el margen del acto militar, en los Campos Elíseos.

Este año, el desfile se organizó entorno a la «fraternidad de los ejércitos» y homenajeó a las distintas fuerzas que participaron en la operación de socorro a la población de las Antillas tras el paso del huracán Irma el año pasado.

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Siete soldados de las fuerzas de autodefensa japonesas y del ejército singapurense lideraron la marcha, pues sus países fueron invitados de honor en este 14 de julio como gesto de la voluntad de Francia de reforzar sus relaciones militares en Asia y el Pacífico.

La afición de los «Bleues» también se coló en la marcha donde los estudiantes de la Politécnica, habituales en el desfile, aparecieron a primera hora tras una pancarta en la que se leía: «Todos con el equipo de Francia».

El astronauta Thomas Pesquet, una figura de referencia para las nuevas generaciones en el país, pilotó uno de los aviones Rafale del espectáculo aéreo mientras que, por primera vez, una mujer coronel fue a la cabeza de la promoción Général Saint-Hillier, de la escuela militar de Saint-Cyr Coëtquidan, en Bretaña.

Una de las divisiones de a pie estuvo formada por cerca de un centenar de guardias civiles españoles junto a los gendarmes franceses que se formaron este año en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada de Valdemoro (Madrid), siendo la primera vez que la Benemérita participa en esta celebración.

«Es realmente impresionante. Estar ahí es un orgullo. El conformar una unidad mixta entre gendarmes y Guardia Civil ha sido totalmente novedoso y excepcional», dijo a Efe tras el desfile el Coronel Rafael Morales, director del Colegio, que contó que algunos franceses al reconocer la bandera gritaron: ¡Viva España!

Como es habitual, el jefe del Estado, Emmanuel Macron, inauguró el desfile junto al jefe de Estado Mayor de los Ejércitos, François Lecointre, que sustituyó en 2017 en el cargo al general Pierre de Villiers quien dimitió tras un sonado choque mediático con Macron en desacuerdo por los presupuestos de Defensa.

El ambiente se ha distendido este año y, como colofón al cambio de actitud, el líder anunció anoche en la tradicional recepción de altos rangos en el Ministerio de Defensa una ley de programación militar para el período 2019-2025 que prevé un aumento progresivo del presupuesto hasta alcanzar el 2% del PIB.

Durante la tarde del sábado y a 900 kilómetros de distancia la ciudad de Niza (sureste) celebró su particular 14 de julio, que quedó marcado hace dos años por el triste aniversario del atentado en el paseo marítimo en el que un terrorista al volante de un camión acabó con la vida de más de ochenta personas.

El primer ministro, Edouard Philippe, presidió la ceremonia junto al alcalde de la ciudad, Christian Estrosi, quien aseguró que los vecinos han «transformado en energía, en valor y en esperanza» el daño que hizo el agresor, a quien la Policía mató a tiros cuando intentaba frenarlo.

Tras el discurso de varios familiares y la lectura de los nombres de los fallecidos, Philippe trató de insuflar esperanza entre los nicenses, ya que de los numerosos testigos del ataque muchos han sufrido traumatismos.

«A veces después de semejante drama podemos perder las ganas de todo. Algunos pierden el gusto del trabajo, de la sociabilidad», enumeró Philippe antes de recordar algunas herramientas que se han creado a disposición de los ciudadanos, como equipos de psiquiatría en el hospital y dispositivos de ayuda a la reinserción laboral.

Para Phillipe, la batalla contra el terrorismo sigue siendo «la lucha de nuestra generación».

EFE/María D. Valderrama

 

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