PARÍS.- Ante las movilizaciones masivas y sin contar con el apoyo necesario en el Congreso, el gobierno del socialista François Hollande busca aprobar unilateralmente la polémica reforma laboral, apelando a un artículo de la Constitución para promulgarlo.
Confrontado a la rebelión de diputados de izquierda, el Ejecutivo decidió este martes adoptar sin voto del Parlamento una nueva ley laboral, contra la cual se multiplican las manifestaciones desde hace dos meses.
François Hollande, convocó a primera hora de la tarde un consejo de ministros extraordinario, que autorizó el recurso a un artículo de la Constitución, el 49.3, que permite evitar el voto parlamentario invocando la responsabilidad del gobierno.
En tal caso, según la Constitución, la ley será adoptada a menos que se presente y adopte una moción de censura contra el gobierno.
El primer ministro Manuel Valls anunció poco después en la Asamblea Nacional (Cámara baja) el recurso a ese artículo, argumentando que «la reforma debe hacerse» y «el país debe avanzar».
La cuestionada reforma laboral, presentada como el último proyecto importante del mandato del presidente François Hollande, desató las mayores protestas sociales desde que asumió la presidencia en 2012.
Desde el 9 de marzo, sindicatos de asalariados y de estudiantes organizaron media docena de manifestaciones nacionales, algunas de las cuales dieron lugar a enfrentamientos con la policía.
Compartiendo las inquietudes de los manifestantes, varias decenas de diputados de izquierda indicaron que no votarían a favor del texto.
Debido a que sin ellos no tendría mayoría, el gobierno decidió recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, que había utilizado ya en 2015 para hacer adoptar otra reforma económica que no recogía la mayoría requerida en la Asamblea.
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La oposición de derecha presentó inmediatamente una moción de censura, que será debatida el jueves, y exhortó a los diputados de izquierda hostiles al proyecto a ser «coherentes» y a votarla.
Los comunistas y el dirigente de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon llamaron también a censurar al gobierno.
Los diputados socialistas llamados «rebeldes», por oponerse al giro liberal de la política de Hollande, podrían ser reticentes a hacer caer al gobierno, pero esa hipótesis no está totalmente excluida. Uno de ellos, Christian Paul, indicó que van a reunirse para decidir «colectivamente» su posición. (ECHA- Agencias)