PARIS.- Dos marchas del movimiento nacido en noviembre de 2018 tomaron las calles de París. En un tramo de la protesta, la primera desde el inicio de la pandemia, se desencadenaron enfrentamientos con la policía francesa, que lanzó gases lacrimógenos y arrestó a más de 250 personas.
El regreso de los ‘chalecos amarillos‘. Así podríamos llamar el retorno del movimiento este 12 de septiembre, que volvió a las calles de la capital francesa, en medio de los rebrotes por la pandemia de Covid-19.
El ministro del Interior francés, Gerald Darmanin, informó de unas 256 detenciones, relacionadas a algunas personas que habrían prendido fuego a contenedores de basura y a un automóvil. La Policía a su vez reportó que muchos fueron arrestados por portar herramientas que podrían usarse como armas.
Sobre el mediodía, cientos de manifestantes se reunieron en puntos de partida de dos marchas autorizadas. Mientras que una movilización partió sin incidentes y pacíficamente; la otra se vio interrumpida cuándo algunos de sus participantes salieron de la ruta designada y empezaron a prender fuego en varias calles. La Policía respondió lanzando gases lacrimógenos a la multitud.
Algunos de los manifestantes vestían ropa negra y portaban la bandera de un movimiento antifascista, lo que sugiere la presencia de manifestantes radicales apodados ‘bloques negros’ a los que las autoridades frecuentemente señalan como responsables de la violencia en las marchas callejeras en Francia.
Áreas como la avenida de los Campos Elíseos, y partes del metro de París, fueron cerradas temporalmente. La prensa local destacó una participación menor a la esperada, con alrededor de 1.000 presentes.
Los motivos detrás de las protestas y los disturbios
El movimiento ‘chalecos amarillos’, que lleva el nombre de las chaquetas de alta visibilidad que deben utilizar todos los automovilistas en las carreteras del país, en caso de un accidente, comenzó a fines de 2018 como protesta contra los impuestos al combustible y a la reforma económica.
Aunque el Gobierno francés respondió con un paquete de medidas por más de 10.000 millones de euros para cumplir algunas de las demandas, como aumentar el salario mínimo y reducir los impuestos a los pensionistas, las inconformidades avanzaron a un movimiento más amplio en rechazo a las políticas del mandatario Emmanuel Macron, con protestas semanales por más de un año que causaron múltiples muertes y cientos de heridos.
Después de meses sin protestas, el movimiento ha resurgido en las calles, lo que representa un nuevo desafío para el presidente.
Fuente: france24.com