PARÍS (Francia).- Más de 100 personas han sido detenidas y unas 19,000 piezas arqueológicas y obras de arte requisadas en dos operaciones policiales internacionales, que tuvieron como principales escenarios España, Argentina y Colombia, entre otros países, informó este miércoles Interpol.
Una de esas operaciones, bautizada como Pandora IV, estuvo dirigida por la Guardia Civil española y la agencia policial europea (Europol), mientras que la otra, Athena II, corrió a cargo de la Organización Mundial de Aduanas (OMA) e Interpol.
Ambas fueron efectuadas en el otoño boreal del 2019 en 103 países con el objetivo de desmantelar redes internacionales de traficantes de obras de arte y antigüedades, y las 300 investigaciones abiertas en ese marco condujeron al arresto de 101 sospechosos.
Las redes implicadas traficaban con objetos arqueológicos y de arte saqueados de países afectados por la guerra o procedentes de robos en museos y excavaciones arqueológicas, como monedas o armas antiguas, fósiles y piezas de cerámica.
Los servicios policiales centraron su vigilancia en mercados y páginas de venta por internet, porque según Interpol la web desempeña un rol destacado en el comercio ilícito de objetos culturales.
Entre las obras requisadas figuran una máscara de oro de Tumaco, considerada única en su género, y localizada en el aeropuerto madrileño de Barajas gracias a la colaboración entre la Policía nacional de España y de Colombia.
En otra operación, la Policía federal argentina recuperó 2,500 monedas antiguas, la mayor incautación hasta la fecha de ese tipo de objetos, tras otra de 1,375 efectuada por las fuerzas del orden letonas.
Esta ha sido la segunda vez que Europol, Interpol y la OMA colaboran en la lucha contra el comercio ilícito de bienes culturales, tras una iniciativa similar llevada a cabo en el 2018 y en la que también participó la Guardia Civil.
El secretario general de Interpol, Jürgen Stock, indicó que el número de arrestos y de objetos requisados refleja la amplitud de esa práctica fraudulenta, «que afecta potencialmente a todo país con un rico patrimonio cultural».
Interpol dejó claro que el tráfico de bienes culturales «no se trata una actividad glamurosa efectuada por elegantes caballeros, sino de actos de delincuencia encabezados por redes criminales internacionales», que a menudo son las mismas que están implicadas en el tráfico de drogas y de armas.
⊕