CIUDAD DE MÉXICO.- El clima frío influye en el aumento de la sensación del dolor en personas que sufren enfermedades reumáticas inflamatorias crónicas, por lo que es fundamental evitar exponerse a las bajas temperaturas y abrigarse adecuadamente, dijo hoy la reumatóloga Aida Galicia López.
«Hay que aclarar que el clima no influye en la prevalencia ni en las causas que desencadenan las enfermedades reumáticas, aunque el frío incide en la percepción del dolor a quienes sufren de ellas», explicó en entrevista con Efe la experta del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En términos globales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que las enfermedades reumáticas representan el tercer problema de salud más importante en los países desarrollados.
De acuerdo con el organismo, existen unas 300 diferentes enfermedades reumáticas, entre las que destacan la artritis, artritis reumatoide, artrosis y osteoartritis.
De todas ellas, la artrosis es la más común, afectando en los países industrializados al 80 % de la población mayor de 65 años.
A la artrosis le siguen otros procesos que producen molestias locales, como las lumbalgias, los dolores cervicales o el hombro doloroso. Las artritis sólo afectan al 1 % de la población mexicana.
La también congresista e investigadora del Consejo Mexicano de Reumatología explicó que la causa de este dolor es la tensión muscular que aumenta significativamente con el frío.
«Cuando hay un clima frío, el corazón disminuye el gasto cardiaco, y eso desacelera la circulación, con lo que aumenta la tensión muscular y la percepción de dolor», detalló.
No obstante, Galicia López, quien ha publicado diversas investigaciones sobre artritis en revistas científicas, aseguró que en una persona sana es difícil que esta sintomatología se presente.
«Hay gente que dice que el frío le cala hasta los huesos, pero no es necesariamente el hueso. El dolor puede ser articular, en los tendones o músculos, los huesos difícilmente duelen a menos que se tenga patología existente», aclaró.
La experta explicó que hay que tener especial cuidado con las personas de la tercera edad y los niños, pero solo si tienen alguna enfermedad reumática.
«Esto se ve mayormente en personas de la tercera edad, donde la osteoartritis es altamente prevalente y en aquellos que tienen enfermedades de tipo autoinmune como artritis reumatoide, artrosis, entre otras», recalcó.
En esos casos, indicó que la percepción de aumento de dolor es latente, sin embargo, los pacientes deben evitar pensar que esto es una recaída.
«Aunque es una situación molesta, es parte de la evolución del tratamiento», dijo.
Es por ello que la especialista recomendó buscar ayuda en caso de presentar dolor articular, inflamación de articulaciones, cansancio, que se requiera ayuda para hacer cosas sencillas como vestirse y en el caso de los niños que baje el rendimiento escolar.
Además, pidió a los pacientes ya diagnosticados no alarmarse si existe incremento del dolor, además de seguir tomando sus medicamentos, abrigarse, evitar cambios bruscos de temperatura y, de ser posible, cambiar de residencia temporalmente a un lugar donde haga menos frío.
Por último, dijo que en ocasiones las enfermedades infecciosas y virales como la gripe pueden provocar dolor muscular que se confunde con los huesos, pero si los síntomas no disminuyen al paso de tres o cinco días, debe consultarse con un especialista.
En esta época invernal «son frecuentes estos procesos infecciosos en los que parte de su sintomatología es el dolor muscular». Es posible que sea solo eso, «aunque lo mejor, en caso de tener síntomas muy graves, es la valoración médica», insistió.
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