BISSAU.- El presidente de Guinea Bissau, José Mario Vaz, ordenó hoy la destitución del primer ministro, Baciro Djá, y de su Gobierno después de que el Tribunal Supremo declarara inconstitucional el nombramiento del nuevo jefe del Ejecutivo guineano en plena crisis institucional.
José Mario Vaz (foto) intentó zanjar hoy la inestabilidad política en esta antigua colonia portuguesa, desatada cuando el pasado agosto decidió destituir al Gobierno en pleno por su enfrentamiento con el entonces primer ministro, Simões Pereira, al que acusaba de malversar fondos para la cooperación y de menospreciar al poder judicial.
Posteriormente, el presidente designó a Baciro Djá en sustitución de Pereira, pero ayer se conoció que el Alto Tribunal guineano había declarado «inconstitucional» este nombramiento por no haber sido consultado con los partidos políticos.
Baciro Djá presentó inmediatamente su dimisión al presidente, quien aprobó hoy un decreto por el que destituye al Gobierno, que había comenzado a funcionar esta semana.
En declaraciones a los medios, el portavoz presidencial, Fernando Mendonça, subrayó hoy que el presidente tenía que respetar la decisión del Tribunal Supremo.
Mario Vaz, continuó Mendonça, «ha reafirmado su determinación de encontrar soluciones compatibles con las aspiraciones del pueblo guineano a mejorar sus condiciones de vida».
Este pequeño país de África Occidental, una de las naciones más pobres del mundo, ha sufrido continuos levantamientos militares desde su independencia de Portugal en 1974.
Solamente contó con una única etapa de «paz política» durante los 23 años de dictadura militar de Joao Bernardo «Nino» Vieira, derrocado en 1999.
El 2012 hubo un nuevo levantamiento que fue castigado por socios y países donantes, que suspendieron sus ayudas al desarrollo y arrastraron a este pequeño país de África Occidental, lastrado por el narcotráfico y la corrupción, a una profunda crisis política y económica.
En el 2014 se restauró el sistema democrático y se celebraron elecciones multipartidistas que terminaron con la victoria del Partido Africano por la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), que obtuvo 57 de los 102 escaños del Parlamento.