TOKIO (Japón).- La sonda japonesa Hayabusa2 completó hoy una operación para abrir un cráter en un remoto asteroide con vistas a recoger muestras de su superficie y analizar su composición, lo que podría aportar pistas sobre el origen del Universo.
La misión espacial nipona condujo a primera hora de este viernes su «operación de impacto» en el asteroide Ryugu, consistente en disparar al cuerpo celeste proyectiles desde un brazo articulado que se separó de la aeronave, según anunció en rueda de prensa la Agencia Aeroespacial nipona (JAXA).
JAXA calificó como exitosa la operación y destacó que es la primera vez que se abre artificialmente un cráter en la historia de los viajes espaciales.
Para llevar a cabo esta tarea, Hayabusa2 descendió desde la órbita en la que sitúa en torno a Ryugu, después de aproximarse al asteroide el pasado 22 de febrero, tocar tierra brevemente y probar su sistema de disparo de proyectiles de tantalio contra la superficie.
En las próximas semanas, la sonda realizará una «operación de investigación del cráter» recogiendo materiales de su superficie y otros que quedaron esparcidos tras los disparos de Hayabusa2 sobre la superficie del Ryugu, donde se dan condiciones cercanas a la ingravidez.
Ese período de espera es necesario para que desaparezca el peligro de que las rocas afectadas por esta operación no puedan chocar contra la sonda espacial.
Ryugu se sitúa a 340 millones de kilómetros de la Tierra, y se cree que su superficie alberga restos de carbón y agua formados durante el nacimiento de nuestro sistema solar hace unos 4,600 millones de años, lo que podría aportar pistas sobre la formación de los planetas y el origen de la vida.
Hayabusa2 aterrizó en febrero en Ryugu tras recorrer 3,200 millones de kilómetros alrededor del Sol en una órbita elíptica durante más de tres años, y después de alcanzar el asteroide el pasado junio y de permanecer suspendido desde entonces a unos 20 kilómetros de su superficie.
Además, la sonda descargó el año pasado tres pequeños vehículos exploradores sobre Ryugu con el objetivo de recolectar muestras adicionales, y tiene previsto intentar nuevos aterrizajes antes de emprender su retorno a nuestro planeta, adonde se espera que llegue hacia finales del 2020.
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