La candidata demócrata, Hillary Clinton, y su contendor republicano Donald Ttrump, se enfrentan en el tercer y último debate presidencial, donde lo político será sazonado con la esgrima verbal.
Este debate, el tercero entre los candidatos rivales, representa su última oportunidad para confrontar ideas y propuestas ante millones de telespectadores en la recta final de la pelea por la presidencia de Estados Unidos.
Se ha previsto que ambos deberán polemizar en torno a una agenda que incluye temas de inmigración, economía y el nombramiento de un juez en la Corte Suprema de Justicia.
Se recuerda que , pese a que existía una agenda predeterminada, los dos choques previos se convirtieron en un verdadero festival de golpes bajos, acusaciones cruzadas, discusiones sobre la vida sexual y hasta amenazas de prisión.
Clinton se mantuvo alejada de los actos públicos en los últimos días, concentrada en la preparación del debate, que tendrá lugar en la Universidad de Nevada, en Las Vegas.
En contrapartida, Trump sostuvo una intensa agenda de discursos públicos y reservó apenas algunas horas de cada día a abordar con sus asesores el contenido del debate.
«¡Esta es nuestra oportunidad!», dijo Trump en la noche del martes en uno de sus actos públicos.
El debate será moderado por Chris Wallace, periodista de la red Fox News, normalmente alineada con el Partido Republicano y fuertemente crítica de la administración del presidente Barack Obama.
Para el analista John Hudak, del Instituto Brookings, Clinton «deberá hacer lo que hizo en los dos últimos debates: tratar de permanecer calma y dejar que Trump siga adelante con su proceso de autodestrucción». En la visión de Hudak, «si el barco de tu oponente se está hundiendo, tú no le arrojas un salvavidas». (ECHA- Agencias)