MADRID.- Con el objeto de ayudar a personas que han pasado por lo mismo que ella, y pensando en quienes no tuvieron su suerte, Jennifer Hayden dibuja con humor «La historia de mis tetas«, una novela gráfica sobre su vida, «con sus altos y bajos», en la que solo dedica un capítulo al cáncer de mama que padeció.
«Pensar que el cómic iba a ayudar a otras mujeres enfermas fue la primera razón por la que hice este libro. He oído decir a lectores enfermos de cáncer que después de leerlo se sienten más animados, y eso es lo que me mueve», cuenta a Efe Hayden, la autora estadounidense de este libro (Reservoir Books) a la que le diagnosticaron un cáncer de mama a los 43 años.
Aunque cuando comenzó a dibujarlo y escribirlo «solo quería» compartir su experiencia con otras mujeres, «al igual que hacían otras novelas gráficas ya publicadas», según apunta, rápidamente se dio cuenta de que lo que quería hacer era una historia de «supervivencia» en la que su cáncer ocupara solo «un capítulo».
Por eso, como reconoce, decidió que «la mejor manera» de transmitir su experiencia con esta enfermedad era darle al lector la historia de su propia vida, «con sus altos y bajos»: «Quería presentar con ligereza mi propia historia, como si se la estuviera contando a un amigo mientras estamos sentados alrededor de la mesa de la cocina», matiza.
De hecho, en este relato Hayden, tras descubrirnos su infancia y su adolescencia (fases vitales en las que se lamentaba por sus pequeños pechos), también aborda el cáncer de mama de su madre, el cáncer de pulmón de su suegra y el efecto de su cáncer en sus hijos.
Pero «La historia de mis tetas» no es cien por cien real, sino que en esta «memoria gráfica» Hayden ha cambiado algunos nombres con el objetivo de «proteger» a algunas de las personas de su entorno que aparecen en las viñetas, incluso pese a tener dos hermanos, ha preferido decir que sólo tiene uno para proporcionar una mayor «simplicidad dramática» a la obra.
«Con todos estos cambios, mi objetivo fue siempre contar mi verdad emocional», puntualiza al tiempo que bromea con el hecho de que los nombres de sus mascotas sí son reales.
Una verdad que dibujó directamente a pluma, «sin lápiz y sin guion» porque quería «sorprenderse» cada día con lo que iba «descubriendo» de sí misma en lo que finalmente se convirtieron en 350 páginas llenas de viñetas en blanco y negro con una característica: cero dramas y mucho humor.
Porque el humor es la «mejor vía» para abordar la vida siempre y cuando no sea «desconsiderado».
«Siempre tenía en cuenta que algunos de mis lectores no habían sido tan afortunados como yo, y podrían estar sufriendo terriblemente por estar ante un pronóstico malo. Creo que al final el humor aumenta la tristeza en la historia y lo hace más real», afirma.
Con un estilo que tiende hacia la línea corta del «underground» americano, y una paginación continua de cuatro viñetas por página, Hayden se enfrentó con este trabajo a su primera obra de larga extensión después de, en sus propias palabras, haber sido una «mala escritora durante muchos años» y dedicarse durante muchos años a ilustrar libros para niños.
«Ilustrar estos libros infantiles era frustrante -aclara- porque yo quería contar historias de adultos, pero esto despertó mis raíces artísticas y llegué a las novelas gráficas, que es el medio que he encontrado para ser más libre, completamente expresiva, desafiante».
Unas características que han convertido a esta novela gráfica en un cántico a la supervivencia para «todos» los que hayan sufrido o estén luchando contra esta enfermedad porque, como concluye: «Recuerden, los hombres también contraen cáncer de mama».
EFE/Foto: lavanguardia.com