«Espero que este caso difunda con fuerza el mensaje de que todos somos seres humanos y de que nuestra diversidad debe ser celebrada», declaró hoy en un comunicado Nathanson, quien fue detenida en 2014 y acusada de alteración del orden público por usar el servicio de mujeres en un hotel de Bulawayo, segunda ciudad del país.
«Deseo que la sociedad sea más tolerante para que las personas LGTBI (Lesbianas, Gays, Transgénero, Bisexuales e Intersexuales) no vivan con el miedo constante de ser atacadas», señaló la activista, que se mostró «exultante» por su victoria judicial.
El Gobierno de Zimbabue y la Policía deberán ahora indemnizarla con unos 24.000 euros, tras haber sido sometida durante su arresto de 48 horas a humillantes «inspecciones» tanto por este cuerpo de seguridad como por los médicos de un hospital estatal.
En lo que se considera un fallo histórico, el juez Francis Bere, del Tribunal Superior de Bulawayo, dictaminó el pasado día 14 que Nathanson había sigo obligada a someterse a dichas inspecciones «debido a su condición de transgénero, la cual ella no eligió».
La decisión de detener a la activista fue «desconsiderada y maliciosa», concluyó el magistrado.
En 2014, el entonces presidente zimbabuense, Robert Mugabe, fallecido el pasado septiembre, todavía ocupaba el poder y era muy crítico contra gais y lesbianas, de quienes llegó a decir que son «peores que los perros y los cerdos».
Muchos zimbabuenses comparten esas ideas, lo que obliga a la comunidad LGTBI a llevar una vida muy discreta por miedo a abusos.
El sexo entre hombres en Zimbabue está penado bajo pena de cárcel y el matrimonio homosexual está prohibido por la Constitución adoptada en 2013.