Hugo Sotil: Yo era el jugador del pueblo para el pueblo (Video)

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Hugo Sotil es uno de los máximos referentes del fútbol peruano en su historia. Nació el 18 de mayo de 1946 en Ica y junto a Cubillas, Cueto y Chumpitaz, fue uno de los más destacados futbolistas de los años 70.

Su juego se caracterizó por su magnífico regate, su buen manejo de ambos perfiles y su estilo pícaro para jugar. Su trayectoria empezó en Deportivo Municipal en 1968 a los 19 años, al que guió al título en segunda y por ende el ascenso a primera división.

Fue autor del gol que le dio a Perú, el título de campeón de la Copa América ante Colombia en 1975 y participó en los Mundiales de México 70 y Argentina 78.

Hugo Sotil destacó a pleno en el Barcelona de España, donde formó un ataque letal junto al holandés Johan Cruyff. Fue protagonista en 0-5 que le propinó el equipo catalán a Real Madrid en el propio estadio Santiago Bernabéu.

Es a grandes rasgos la trajinada vida del «jugador del pueblo para el pueblo», como dice el «Cholo» Sotil, pero hay más.

El «Cholo» Hugo Sotil fue genuino representante del humilde pelotero provinciano que le ganó la pulseada al destino para convertirse en ídolo universal.

No tiene la imagen que se preocupa en mostrar Teófilo Cubillas, tampoco se allanó al deseo de adornar el marco de su fotografía retocada y lucir como galán de cine, que de hecho, lo fue.

Tampoco buscó acercarse a la idolatría de César Cueto fiel parroquiano del santuario de Matute donde se rinde culto al juego bonito. La majestuosidad del gran capitán de América, Héctor Chumpitaz o la imponente presencia del patrón José Velásquez, opacaron su figura atemporal.

Hugo Sotil elaboró su propia historia, cincelada con su juego cimbreante, duro, de talento e inventor de un repertorio que mantuvo a lo largo de su trajinada carrera desde que empezara en Deportivo Municipal y traspasara todo lo inimaginable para recalar en Barcelona.

El «Cholo» Sotil representa al futbolista de arrabal, de cerquillo rebelde, piernas macizas e inteligencia natural. Para nada el biotipo de futbolista sino más bien la figura de un ‘llenador de techo’ como alguna vez Ramón Mifflin lo señaló.

«No soy borracho, ni vivo en una choza»

Sotil relata que «cuando llegué al Barcelona me compré un Fiat Escort y cuando iba a los entrenamientos, algunos como Johan Cruyff tenían un Maserati, tremendo carrazo, entonces yo con mi carro parecía un taxista, así que decidí comprarme un Ferrari amarillo. Lo malo que una vez un peruano que vivía allá se compró un carro igual y como paraba de bar en bar y con chicas, decían que era el Cholo Sotil el que se «malograba».

Siento nostalgia por esos años maravillosos en el Barcelona, sí yo estoy muy agradecido con ellos, siempre me piden que vaya, el presidente me manda mis postales, pero como yo no voy, envié a mi hijo Hugo, quien es técnico de menores y ya trabaja en el club.

Ahora estoy tranquilo, disfrutando de mis nietos. He vivido lo bueno, lo malo y lo feo, no me arrepiento de nada. La gente me quiere, por eso digo que nunca me voy a morir y si me muero, no le voy a avisar a nadie.

Anécdotas

Recuerda que en la concentración de México 70 le tocó el mismo cuarto de Ramón Mifflin, entonces como todavía no pesaba, el «Cabezón» le mandaba a traer los periódicos, tocaban la puerta y le decía: «Cholo anda abre la puerta». Llegó el partido ante Bulgaria, y Sotil entró en el segundo tiempo y voltearon el marcador. Al otro día los periódicos mexicanos lo eligieron como el mejor de la cancha. Esa misma mañana tocaron la puerta y el «Cabezón» le dijo como siempre: «Cholo anda abre», entonces «yo fui a su cama y le enseñé el periódico. Me han elegido el mejor, desde ahora los mandados los haces tú». A partir de ese día, fui respetado y muy querido.

Hugo Sotil ha sido el único futbolista peruano en ponerse la camiseta del Barcelona en sus años más gloriosos y tuvo la oportunidad de marcarle un gol al Real Madrid, en la temporada 1973-74, cuando los azulgranas le propinaron una goleada por 5 a 0 a los merengues, en el Santiago Bernabéu.

Hugo Sotil se encargó de poner el quinto tanto del partido. Tras un centro de Johan Cruyff. Mientras el «Cholo» corría emocionado para celebrar su gol, el holandés lo agarró en el camino y lo cogió del cuello.

“Johan me agarró del cuello: Estamos en Madrid, quieres que nos maten a todos”, me dijo. Así que le hice un gol al Madrid y «El Flaco» no me dejó festejarlo”, explicó Hugo en una entrevista que realizó el diario El País de España.

La última: Los dirigentes del Barça estaban siguiendo a Teófilo Cubillas. Pero ese día parece que el «Cholo» jugó bien. Esa noche, después del partido, estando en su casa, la muchacha que trabajaba con la familia le dijo: Señor, hay cuatro gringos esperándolo. «¿Gringos?, pensé; aquí vienen indios, cholos, pero gringos, no. Eran el entrenador, el presidente y dos dirigentes más”, rememora Sotil.

Fuente: Recopilaciones/Foto: peru.com

 

 

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