OpenAI lanzó el pasado 27 de marzo la actualización de GPT-4o, cuyo modelo mejorado permite generar imágenes con mayor precisión, incluyendo estilos de animación como Studio Ghibli, Disney o Los Simpson.
En horas, usuarios de ChatGPT saturaron redes sociales con creaciones inspiradas en el estudio japonés, incluso el CEO Sam Altman adoptó un avatar «Ghibli» en X (antes Twitter).
La respuesta de OpenAI y los límites técnicos
Ante la demanda masiva, Altman bromeó: «Nuestras GPU se derriten», anunciando límites temporales para evitar colapsos. OpenAI defendió la herramienta como un medio para la «libertad creativa», aunque aclaró que evita imitar artistas vivos individuales (no así estilos de estudios consolidados).
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Studio Ghibli y el debate ético
Postura histórica: Hayao Miyazaki (cofundador de Ghibli) rechazó en 2016 el uso de IA, calificándolo de «insulto a la vida».
Derechos de autor: el estudio protege legalmente su propiedad intelectual, pero no se ha pronunciado sobre esta tendencia.
Críticas en redes: usuarios divididos entre quienes celebran la creatividad y quienes denuncian apropiación cultural.
Impacto en el Perú
Instituciones como Marca Perú, ONPE y la PNP adoptaron la moda en sus redes, generando memes y campañas con el estilo Ghibli. Mientras, «El niño y la garza» (2024) sigue en el top de taquilla local, reafirmando la popularidad del estudio.
OpenAI aseguró que «perfecciona sus políticas», pero no reveló cómo entrenó su modelo con el objetivo de replicar estilos animados. Expertos advierten que, sin regulación clara, casos como este podrían generar disputas legales.
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