Ignorar los bajos niveles de azúcar en la sangre puede provocar la muerte

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CIUDAD DE MÉXICO.- La hipoglucemia, bajos niveles de azúcar en la sangre, es un padecimiento que afecta a quienes padecen diabetes tipo 1 y 2 y, de no ser tratada adecuadamente, puede derivar en la muerte, advirtieron hoy especialistas.

«Es un problema del cual, si no se toman las medidas necesarias, los síntomas pueden empeorar, llegando a pérdida de conocimiento y, en casos muy graves, puede producirse la muerte del paciente», dijo a Efe el endocrinólogo Rafael Bravo.

Bravo, quien es director médico de Novo Nordisk México, explicó que se considera que un paciente tiene hipoglucemia cuando la glucosa es igual o menor de 54 miligramos por decilitro de sangre, lo que puede producir diversos síntomas.

Entre los principales están sudoración, taquicardia, temblores, ansiedad, cambios de personalidad, falta de coordinación, mareo, hambre, náuseas, somnolencia, visión borrosa, hormigueo o entumecimiento de la lengua, dolor de cabeza, debilidad o fatiga.

En casos severos, se pueden dar ataques o convulsiones y pérdida de conocimiento, mientras que si ocurre en la noche, se pueden presentar pesadillas y sudoración hasta humedecer la pijama o las sábanas.

Sin embargo, de acuerdo con el doctor Valentín Sánchez, jefe interno del servicio de endocrinología del Hospital general de México Doctor Eduardo Liceaga, hasta el 64% de los pacientes con diabetes tipo 2 no son completamente conscientes de que viven estos episodios.

«Además, se estima que, en promedio, los pacientes con diabetes tipo 2 insulinizados presentan 23 episodios de hipoglucemia leve al año. No obstante, la mitad de ellos no informan a su médico sobre ello», explicó.

El problema, dijeron los especialistas, es que padecer estos episodios tiene diversos efectos en otros aspectos de la salud.

«Una hipoglucemia severa incrementa un 2.7% el riesgo de muerte cardiovascular», señaló el doctor Bravo.

Aunado a ello, dijo, esta condición se asocia con el deterioro neurológico. De acuerdo con Bravo, el 73 % de las personas que padecen graves episodios de hipoglucemia frecuentemente tienen alguna demencia y la mitad de ellos desarrollan alzhéimer.

Bravo explicó que los pacientes con diabetes tipo 2 son quienes sufren hipoglucemia con más frecuencia, pero al ser una condición aterradora debido a los síntomas evitan el tratamiento a base de insulina.

«Suelen tener temor a tener más episodios de este tipo, por lo que reducen su dosis de insulina, la cual reduce los niveles de glucosa en la sangre, sin consultar con su médico», aseguró.

Es por ello que Sánchez dijo que es necesario contar con insulinas de acción prolongada «que además de un óptimo control glucémico, hayan demostrado menor riesgo de hipoglucemia y sean seguras en pacientes con alto riesgo cardiovascular».

En México, desde el 2013 se cuenta con la insulina degludec, la cual se aplica una sola vez al día y tiene una acción ultra prolongada de más de 42 horas, lo que reduce el riesgo de sufrir hipoglucemia severa y nocturna y genera mayor adherencia al tratamiento.

Gisela Ayala, directora ejecutiva de la Federación Mexicana de Diabetes señaló que el principal reto tanto de los profesionales de la salud como de los pacientes con diabetes, es aprender a reconocer y atender la hipoglucemia, además de educarse para llevar siempre el control de la glucosa.

«El medidor de glucosa es el gran aliado de los pacientes con diabetes. Debemos tener en cuenta que lo que no se mide no se puede controlar, así que el reto es educar a los diabéticos para que estén siempre al pendiente de sus niveles», señaló la especialista.

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, 422 millones de personas en el mundo viven con diabetes.

En México, este padecimiento es un problema de salud pública. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, al menos 12 millones de mexicanos viven con esta enfermedad, pero solo 4.5 millones están diagnosticadas.

Mientras que, según datos de la Encuesta Nacional de Salud de medio camino del 2016, el 75% de los diabéticos no tienen un buen control de su enfermedad.

EFE/Cristina Sánchez

 

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