GINEBRA.- El túnel ferroviario, que atraviesa el macizo de San Gotardo en los Alpes suizos, fue inaugurado hoy en una ceremonia encabezada por el presidente de la Confederación Helvética, Johann Schneider-Amman, quien dio la señal de partida a los dos primeros trenes que entraron por ambos extremos de la obra.
«¡Qué pasen los trenes!», dijo el presidente suizo en las cuatro lenguas nacionales (alemán, francés, italiano y romanche).
En los actos de esta inauguración participan 1,100 invitados oficiales, entre ellos los cancilleres de Alemania, Angela Merkel; de Austria, Christian Kern, el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y el presidente de Francia, François Hollande.
Los cuatro dirigentes europeos han sido pasajeros en el tercer tren que ha atravesado el túnel, que con sus 57.1 kilómetros es el más largo del mundo, así como el más profundo, ya que en su punto más bajo pasa 2,300 metros por debajo de la roca montañosa.
El tren que llevó a los dignatarios partió del extremo norte del túnel, en la localidad de Erstelfd (cantón de Uri) con dirección a Polleguio (cantón del Tesino) en un trayecto de 20 minutos.
Uri es un cantón que se ubica en la región de habla alemana de Suiza, mientras que el Tesino es el único cantón de habla italiana.
Por esta razón, el túnel de San Gotardo no sólo es visto como una proeza de ingeniería y un enlace neurálgico en el transporte entre el sur y el norte de Europa, sino también como un símbolo de unidad entre las distintas zonas culturales y lingüísticas que componen la Suiza moderna.
En Erstelfd y Polleguio tuvieron lugar ceremonias similares y simultáneas de inauguración, y en cada uno de ellos los dos primeros trenes que habían partido del otro extremo fueron recibidos entre aplausos de la población y fuegos artificiales.
En su discurso de inauguración en Erstelfd, el presidente suizo dijo que «con este túnel de base del San Gotardo, unimos los pueblos y las economías» y lo consideró «la obra del siglo» que va «más allá de las fronteras de Suiza».
Del otro lado del túnel, en Polleguio, la ministra de Medio Ambiente, Transporte y Energía, Doris Leuthard, destacó el carácter europeo de esta obra, «en la que participaron trabajadores de una decena de países, desde Escandinavia hasta Sicilia, de Portugal a Polonia».
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Consideró igualmente que la puesta en funcionamiento del túnel, que demando 17 años de trabajos, «cambia de un día al otro» la realidad que representaba el macizo de San Gotardo, que constituía hasta ahora «un obstáculo y un factor de división».
Asimismo, destacó la significación de la culminación de esta obra para el medio ambiente: «en los trayectos largos, las mercancías deben transitar por los rieles, por el bien de los Alpes, de la naturaleza y de la población».
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