SAN FRANCISCO/EEUU.- El incendio declarado esta mañana en el norte de California (EEUU) ha crecido a gran velocidad a lo largo del día, pasando de 2,000 hectáreas afectadas a más de 7.000 en tan sólo seis horas, y ha forzado a evacuar a 20,000 personas, informaron las autoridades del estado.
Según el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California, Calfire, están activas órdenes de evacuación en los pequeños pueblos de Pulga y Concow, en el condado de Butte, además de en la población de Paradise, de unos 26.000 habitantes, y en las zonas rurales de Butte Creek Canyon y Butte Valley.
Se trata de un área a 140 kilómetros de distancia de la capital del estado, Sacramento, y a unos 280 kilómetros del área de la Bahía de San Francisco, hasta donde llega el humo del fuego según pudo comprobar Efe.
La Policía local informó de que algunos de sus agentes, así como varios residentes, están atrapados en el área de la conflagración a la espera de poder ser rescatados por los servicios de emergencia.
Varios edificios han ardido y algunas personas han sufrido quemaduras graves, aunque por el momento no se tiene constancia de ninguna víctima mortal.
El edil del Ayuntamiento de Paradise Scott Lotter, que evacuó la localidad junto a su familia, declaró al diario The Sacramento Bee que «el pueblo entero está en llamas» y describió un escenario de «horror y caos» en que las carreteras se encuentran colapsadas por el tráfico y los coches abandonados.
El fuego, bautizado como Camp Fire, se ha declarado a primera hora de esta mañana y se ha propagado rápidamente por un terreno muy seco y con la ayuda de los fuertes vientos de hasta 80 kilómetros por hora que soplan hoy en esa zona.
Por su parte, la mayor compañía proveedora de gas y electricidad de California, PG&E, indicó que se ha cortado el suministro a 14,000 residentes en los condados de Butte y Plumas a petición de los bomberos para garantizar la seguridad.
Los incendios de gravedad en California son cada vez más frecuentes y violentos, tal y como demuestra que, de acuerdo al registro oficial que se remonta hasta 1932, cuatro de los cinco fuegos más destructivos de la historia del estado se han dado en los últimos seis años.
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