Alcanzar la inclusión económica y digital de las mujeres permitirá un alza de 11 % en el producto interno bruto global y evitará así que 107 millones de mujeres de América Latina y el Caribe sean pobres, afirmaron este miércoles los participantes del foro «Inclusión económica de la mujer en la Comunidad Andina.
Al inaugurar el evento virtual, el secretario general de la Comunidad Andina, Jorge Hernando Pedraza, destacó que «en la actual coyuntura, muchas mujeres se encuentran al mando de la crisis del coronavirus: presidentas, ministras, viceministras, quienes tienen la responsabilidad de ejecutar políticas en resguardo de la salud de la población y quienes lo hacen con firmeza e inteligencia».
En ese sentido, recordó que, a lo largo de la historia, el papel de la mujer ha sido fundamental para transformar el mundo, arriesgando su propia vida para que se respeten sus derechos y por alcanzar la igualdad de oportunidades en diversos ámbitos.
Pedraza dijo que han sido «inmensas las conquistas y logros que han permitido visibilizar a la mujer en la sociedad», pero que «nos falta mucho por recorrer y alcanzar acceso» a todos sus derechos.
El secretario general citó estimados que calculan que habrá 107 millones de mujeres en condición de pobreza y 82 millones en pobreza extrema en América Latina y el Caribe si no se adoptan acciones para asegurar su participación en la actividad productiva.
«La realidad nos llama a adoptar medidas diferentes, urgentes y concretas», señaló.
ALIENTAN COMERCIO EXTERIOR
La viceministra de Comercio de Bolivia, Claribel Aparicio, afirmó que «aquello que promueve una mayor igualdad de género también es bueno para la economía y para la sociedad en general».
«La pandemia plantea el desafío de actuar de manera inmediata para eliminar barreras de género», añadió.
Aparicio señaló que cuando los países en desarrollo se abren al comercio exterior, la participación de las mujeres aumenta en 5 % en los salarios y que también reduce la probabilidad de que las mujeres permanezcan en la informalidad, de un 20 % al 13 %.
«Tomar medidas ahora generará un aumento de 11 % en el PIB global», afirmó la viceministra boliviana.
La autoridad propuso la inclusión de la mujer en la era digital, un tema que es urgente en plena pandemia, e implementar medidas para promover el financiamiento con enfoque especial a las empresas de mujeres bajo programas de estímulo.
Igualmente, promover políticas de comercio con enfoque de género para que los países incentiven el intercambio comercial con empresas lideradas por mujeres.
HOMBRES GANAN 15 % MÁS QUE MUJERES
A su turno, la gerente general del Banco Central de Ecuador, Verónica Artola, presentó un panorama de la situación económica y financiera de las mujeres en su país, que se agravó por la pandemia del Covid-19 y se extiende a otras naciones andinas.
La pobreza en las mujeres ecuatorianas es 25 % mayor que la de los hombres, que en promedio ganan 15,3 % más que las mujeres.
A raíz de la pandemia, el subempleo de mayo a junio subió a 28,8 %, mientras que el desempleo se incrementó a 15,7 % en el mismo periodo de este año.
La brecha salarial en Ecuador se ha reducido de 24 % en 2008 a 15,3 % en 2019, pero «para poder acortar esta brecha nos tomaría más de cien años», apuntó Artola.
No obstante, un punto de avance para las mujeres en Ecuador es el hecho de que 34,6 % tiene acceso a un producto financiero, frente al 37,5 % de los hombres, lo que les ha permitido afrontar en mejores condiciones el confinamiento a raíz de la epidemia.
BAJA PRODUCTIVIDAD EN EMPLEO FEMENINO
Por otro lado, la viceministra de Comercio Exterior de Perú, Sayuri Bayona, declaró que «en el marco de la pandemia, se ha profundizado la brecha de la desigualdad» laboral, pues el 77,6 % de los empleos femeninos en Perú están en sectores de baja productividad, como la agricultura, el comercio y los servicios.
El 13,3 % de mujeres trabajan en manufactura, construcción y comunicaciones, mientras que sólo 8,3 % de mujeres se desempeñan en actividades de productividad alta, de acuerdo a los datos de la población ocupada hasta el 2017.
«El acceso a trabajo remoto es un privilegio que no han tenido todas las mujeres», dijo Bayona, tras mencionar que las mujeres han tenido que afrontar un incremento de labores domésticas de más de 60% a raíz de la cuarentena para reducir los contagios del Covid-19.
«Hay muchos retos por superar, la igualdad de oportunidades, esconden estereotipos, no hay educación con enfoque de género» y tampoco se alientan las habilidades y carreras con mayor proyección en ciencia e ingeniería para las mujeres, afirmó la viceministra peruana.
EFE